Los productos de valor añadido auguran un buen futuro a los productores.
Julio García. Madrid
El próximo miércoles, 31 de marzo, finalizará en la UE el régimen de cuotas lácteas creado en 1984 cuando la producción comunitaria superaba ampliamente la demanda. El comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, declaró recientemente que esta supresión beneficiará al sector y a la creación de empleo.
Esta cuota fue uno de los instrumentos creados para hacer frente a esos excedentes estructurales, y las sucesivas reformas de la política agrícola común de la UE acentuaron la orientación del sector al mercado, dotándole, además, de otras herramientas más focalizadas para ayudar a los productores de las zonas más vulnerables, como los de las montañas, donde los costes son más altos.
En este sentido, Hogan consideró que “el final del régimen de cuotas lácteas constituye un reto a la vez que una oportunidad para la UE. Un reto, porque toda una generación de productores tendrán que vivir en circunstancias radicalmente nuevas y desenvolverse en un medio caracterizado por la volatilidad, pero también una espléndida oportunidad de crecimiento y empleo”.
Aunque en principio el régimen iba a durar cinco años, su supresión fue retrasada, hasta que en 2003 se tomó la decisión definitiva de poner fin a las cuotas y se facilitó un periodo hasta 2015 para permitir a los ganaderos un «aterrizaje suave» en el nuevo sistema.
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Los productos de valor añadido y los alimentos funcionales convertirán a los productores en impulsores económicos de la UE
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Así, incluso con cuotas, las exportaciones lácteas de la UE ha aumentado en los últimos cinco años un 45 % en volumen y un 95 % en valor. Y las proyecciones del mercado indican que las perspectivas de que el crecimiento continúe se mantienen con vigor, particularmente en el caso de los productos con valor añadido (tales como el queso), pero también en el de los ingredientes que se utilizan para la fabricación de productos nutricionales, dietéticos y para deportistas.
Precisamente, el comisario europeo Hogan ve en los productos con valor añadido, así como en los ingredientes destinados a los alimentos funcionales (aquellos destinados a nutrir, pero también a combatir enfermedades), donde el sector lácteo tiene posibilidades de convertirse en uno de los impulsores económicos de la UE.
Las zonas más vulnerables donde la desaparición del régimen de cuotas puede verse como una amenaza podrán beneficiarse de todo el abanico de medidas de desarrollo rural derivadas del principio de subsidiariedad, concluyó el comisario.