Casajuana, Yáñez y Alabart, tres de los embajadores que pidieron la excedencia.
The Diplomat. Madrid
El Gobierno ha informado por primera vez del fenómeno de ‘puerta giratoria’, el paso de un alto cargo de la Administración a la empresa privada, dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores: en total, siete embajadores se han incorporado a compañías privadas en lo que va de legislatura tras solicitar la excedencia.
A raíz de las elecciones de noviembre de 2011, el ex secretario de Estado de Exteriores, Juan Antonio Yáñez Barnuevo, se marchó a la fundación Mujeres por África impulsada por la ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, según indicó la agencia Europa Press con información facilitada por el Portal de la Transparencia.
En 2012 fue el turno del ex embajador en el Reino Unido, Carles Casajuana, quien recibió luz verde para asesorar a dos multinacionales: Cellum Global, dedicada a la tecnología móvil, y Salamanca Group, una asesoría de inversiones y riesgos afincada en Chipre. En 2013 fue César Alba Fuster, previamente destinado en Gabón, el autorizado para ser consultor de Skip, Arias y RACC. También el ex embajador en Arabia Saudí, Manuel Alabart, se incorporó a Técnicas Reunidas.
Por último, en 2014 recibieron el visto bueno del Ejecutivo tanto el ex embajador en Chile, Íñigo de Palacio, quien recaló en Indra, como el anterior embajador en Francia, Carlos Bastarreche, quien pasó a formar parte del consorcio aeronáutico Airbus. Además, a finales del pasado año el embajador en Panamá, Jesús Silva, pasó a presidir Ineco.
Otro caso procedente del Ministerio de Exteriores, aunque el afectado no es diplomático, es el del director de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID) durante la etapa de Trinidad Jiménez, Francisco Moza, quien fichó por el Banco Santander como director de Relaciones Institucionales para Latinoamérica.