Pablo Bravo
Ex embajador de España en Arabia Saudí
No ha pasado desapercibido para los medios de comunicación en este país el tema de la sucesión en el trono de Arabia Saudí, lo cual refleja el interés e importancia que aquel reino tiene en y para España.
Desde un ángulo personal pero con un conocimiento sólido y un seguimiento continuado de lo que sucede en Arabia Saudí, me gustaría desde estas líneas aportar una interpretación de cómo puede afectar a nuestros intereses este relevo.
Permítanme un enfoque personalizado. Soy hasta ahora, el único diplomático español que ha servido dos veces en aquel país. A principio de los ochenta en Yeda, entonces sede del Cuerpo Diplomático, parte de mi estancia de casi un año fue como Encargado de Negocios, lo que me dio una buena plataforma para adentrarme en aquella realidad. Y luego, para finalizar mi carrera, el Gobierno me designó embajador en Riad entre 2009 y 2012.
Mi experiencia previa y el contacto permanente con aquel país me permitió rendir plenamente desde el principio, ahorrando el a veces largo y complejo período de adaptación.
Haciendo balance, retengo como dato más positivo el haber colaborado decisivamente en la obtención del mayor contrato firmado por la empresa española en el exterior: el Ave Meca-Medina, por un importe de 6,736 millones de euros con el añadido de la muy buena imagen que supuso para España.
Quisiera hoy dejar constancia de un hecho: en vida del Rey Abdullah los intereses y relaciones con España se incrementaron de forma muy acusada. Con la obtención del contrato del Ave Meca-Medina, se produjo, o si se quiere coincidió, el desbloqueo de la actividad empresarial española que hasta entonces sólo estaba representada por la prestigiosa Ingeniería española Typsa, que llevaba más de 30 años y continúa en el país, en torno al gran proyecto de la Universidad Islámica de Riad, un referente de mucho peso entre la clase dirigente saudí. Más tarde llegó la sólida empresa Técnicas Reunidas con importantes proyectos para la industria petroquímica sobre todo en la provincia del Este.
Este panorama cambia radicalmente a finales 2011: un consorcio liderado por FCC, en el que participa Typsa, logra una importante parte del metro de Riad (6,070 millones de euros). Y han continuado surgiendo contratos para otras empresas como Airbus, Indra, Aqualia, Urovesa, Isolux. Una prueba de este incremento es que Saudia vuela directamente cuatro o cinco veces por semana y está previsto que lo haga, a partir de junio, Air Europa. Hace escasamente un año, solo había dos magros vuelos semanales.
Y en este panorama, la figura del Rey Abdullah jugó un papel de activo interlocutor con España. A recordar, su viaje en 2008 y la estrecha colaboración en el diálogo interreligioso e intercultural con la creación en Viena del Centro Rey Abdullah, iniciativa a la que fuimos invitados con Austria como miembros fundadores. Además, es de reconocer que en el proyecto del AVE Meca-Medina guardó una exquisita neutralidad ante fuertes presiones, lo que a la postre favoreció la mejor oferta.
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«El acceso al trono del Rey Salman es una noticia alentadora para nuestro país»
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Ha comenzado una nueva etapa con el Príncipe Salman como nuevo Rey. A destacar, la normalidad con que transcurrió el proceso sucesorio y la previsiones para el futuro, garantía de estabilidad, con la novedad del ascenso de un nieto del Rey Abdulaziz como sucesor del sucesor.
Para España, el Rey Salman es noticia muy alentadora, ya que es uno de los buenos amigos que tenemos en aquel reino. He sido testigo en numerosas ocasiones del afecto que nos profesa y la muy especial relación de fraternidad con el Rey Juan Carlos. El Rey Felipe VI, que ha estado varias veces en aquel país, estoy convencido que mantendrá una línea de proximidad con aquel reino tan importante para nuestros intereses.
Así pues, veo un futuro muy prometedor para España en el que la madurez y experiencia de nuestras empresas les abrirá nuevas oportunidades .Además, me atrevo a pensar que el nuevo monarca será un acicate y apoyo para la presencia española en aquel reino.