La primera Cumbre Iberoamericana se celebró en Guadalajara, México, en 1991.
The Diplomat. Madrid
La XXIV Cumbre Iberoamericana que se celebra los próximos días 8 y 9 en la ciudad de Veracruz, en México, tiene varias particularidades. Eso afecta a asuntos como la periodicidad en las cumbres o el debut en las mismas del Rey Felipe VI, junto al hecho de que hay una nueva persona la frente de la Secretaría General iberoamericana –Rebeca Grynspan- y a que, si se cumplen los pronósticos, la cita puede congregar a la gran mayoría de los mandatarios de los países que integran el club, algo que resulta normalmente difícil de conseguir.
Una de esas peculiaridades es que, desde que las cumbres comenzaron hace 23 años, precisamente también en una localidad mexicana –Guadalajara- será la última vez que se celebre con carácter anual. La siguiente cita será en Colombia, pero no en 2015, sino en 2016. Habrá una alternancia con las cumbres entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (Celac). Además, se dedicará menos tiempo a las sesiones plenarias y más al intercambio informal de opiniones, en los conocidos en la jerga como “retiros”.
Todo ello, para escenificar la apertura de una nueva época en las cumbres, de una especie de refundación, tras un periodo de varios años de reflexión para intentar hacerlas más eficaces.
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Será la última cita con periodicidad anual y la primera del Rey Felipe VI
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Por lo que respecta a España, la Cumbre presenta también novedades interesantes. De un lado, que Don Felipe, que ya estuvo en alguna de las sesiones de la última cita, en Panamá, asistirá por vez primera como Monarca español a unas reuniones en las que su padre, Don Juan Carlos, fue uno de los pilares a lo largo de los años y de las que sólo el paso por el quirófano pudo apartarle. Aún así, a Felipe VI ni los asuntos que se abordarán ni muchos de los participantes le son ajenos. Aquellos los ha estudiado y a estos los conoce bien porque ha estado en las tomas de posesión de la mayoría de ellos.
En cuanto a las asistencias, la cuestión que siempre centra las especulaciones periodísticas, sobre todo por la falta de anuncios claros de algunos presidentes, las previsiones hablan de que puede haber casi pleno. Sólo la argentina Cristina Fernández de Kirchner, por razones de salud, ha dicho que no estará. Las dudas se mantienen con respecto a la brasileña Dilma Rousseff y, como es habitual, acerca de Raúl Castro. No obstante, se piensa que la política que está desarrollando últimamente Cuba para tener más presencia en los foros internacionales puede hacer que Castro debute por primera vez en una cumbre, incluso, aunque el día anterior tenga que abrir una reunión con los países del Caricom, en La Habana. Muchos de los presidentes que se mueven en la línea bolivariana, como el venezolano Maduro o el ecuatoriano Correa han dicho que estarán presentes. También el uruguayo saliente José Mujica.
Para el presidente mexicano, Felipe Peña Nieto, la presencia masiva de jefes de Estado y de Gobierno sería un respaldo importante en un momento en que se encuentra muy cuestionado por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala o por el escándalo de la lujosa mansión de su esposa, Angélica Rivero.