El Rey Felipe VI./ Foto: CB/La Razón.
The Diplomat. Madrid
Si trabaja o está pensando en la posibilidad de formar parte del staff laboral de la Casa Real, que sepa que Felipe VI acaba de aprobar dos documentos internos que entrarán en vigor a partir del 1 de enero y que pretenden acabar con algunas de las polémicas que se dieron en el anterior reinado de Juan Carlos I.
El primero de ellos es la regulación del régimen de regalos a favor de los miembros de la Familia Real y que ha sido el que más repercusión mediática ha tenido, pero el segundo, el código de conducta para el personal que trabaja dentro de la Casa de SM el Rey, tiene la particularidad de ser más estricto que lo que se exige a los miembros de la Administración General del Estado.
Este código de conducta hace hincapié en los “principios éticos” que tiene que tener todo empleado de la Corona y que incumben a todos por igual, desde el jefe de la Casa, en la actualidad el abogado del Estado Jaime Alfonsín, hasta el último miembro del personal laboral. A todos ellos se les pide una conducta “leal, íntegra, honesta y transparente”, así como una “absoluta neutralidad política y respeto al pluralismo”.
Cuenta con cinco principios generales y veinte que afectan a la actuación de cada uno de los trabajadores. Para elaborar esta lista de mandamientos, La Zarzuela ha tenido en cuenta los principios de buen gobierno de la ley 19/2013 y los deberes de los funcionarios que regula la ley 7/2007 del Estatuto Básico del Empleado Público.
Los puntos 9, 10 y 13 parecen haber sido redactados para que no vuelva a suceder un caso como el de Carlos García Revenga, secretario de las infantas Cristina y Elena durante más de 20 años y que en este mes de diciembre abandonará La Zarzuela. En el punto 9 se dice que un empleado al servicio de la Corona “se abstendrá de aquellos asuntos en los que tenga un interés personal, así como de toda actividad privada o interés que pueda suponer un riesgo de plantear conflictos de intereses con su puesto en la Casa de SM el Rey”.
En el 10 se subraya que “no intervendrá en operaciones financieras o negocios jurídicos con personas o entidades que pueda suponer un conflicto de intereses con las obligaciones de su puesto” y en el 13, que “no podrá prevalerse” de su condición de miembro de la Casa Real “para obtener alguna ventaja en beneficio propio o de terceros”.
García-Revenga apareció durante años en la directiva del Instituto Nóos junto a Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, aunque de manera honorífica, y estuvo detrás del intento empresarial de la infanta Elena en 2007 –a través de la sociedad Global Cinoscéfalos-. La operación fue cortada de raíz por la Casa Real tras las primeras noticias del caso Nóos un año antes.