Futura sede de Exteriores/Foto: BREEAM
Eduardo González. Madrid
La próxima sede central del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación se deberá ajustar a criterios estrictos de sostenibilidad en conformidad con el certificado BREEAM, el método de evaluación medioambiental de edificios más importante del mundo, con el objetivo de minimizar el impacto ambiental y de ahorrar consumo energético.
El edificio, con una superficie de casi 50.000 metros cuadrados y situado en la Plaza del Marqués de Salamanca, fue construido en los años cuarenta para acoger el Instituto Nacional de Industria (INI) y fue sede de Exteriores hasta 2004, cuando fue desocupado por motivos de contaminación medioambiental. A mediados de noviembre, el ministro José Manuel García-Margallo anunció ante el Congreso de los Diputados que las obras de rehabilitación “podrían dilatarse hasta 2017″.
Según un comunicado difundido la semana pasada por la página web de BREEAM (BRE Environmental Assessment Method, el método que se ha convertido en la medida de referencia mundial para evaluar el rendimiento medioambiental de un edificio), el objetivo de las obras es llevar a cabo «una restauración conservacionista, especialmente en el palacete histórico y el conjunto de fachadas», y adecuar el resto de su arquitectura «a las necesidades funcionales actuales».
El proyecto pretende alojar a los 1.300 funcionarios que trabajan actualmente en Torres Ágora y en las oficinas de Pedro Ruiz de Alarcón y prevé la creación de una guardería infantil y la construcción de un aparcamiento con sólo 45 plazas para automóviles, «fomentando así el uso del transporte público», y con otras 50 plazas para bicicletas.
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Contará sólo con 45 plazas de aparcamiento e intentará aprovechar la luz natural y ahorrar consumo de agua
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Asimismo, el edificio contará con una cubierta vegetal para crear un nuevo espacio natural y con varios patios interiores para mejorar la ventilación y la entrada de la luz natural. El consumo de agua potable se minimizará mediante grifería, valvulería y aparatos de bajo consumo, y, en lo que se refiere a las energías renovables, se dispondrá de una instalación fotovoltaica que cubra parte de las necesidades eléctricas del edificio y de una instalación geotérmica para las necesidades de climatización.
El proyecto de rehabilitación, según el comunicado, ha sido promovido por la Dirección General del Patrimonio del Estado y elaborado por el Grupo Tragsa, en colaboración con Mira, Milla y Navarro Arquitectos. La evaluación de los impactos de las obras por parte de BREEAM se realizará en diez categorías (Gestión, Salud y Bienestar, Energía, Transporte, Agua, Materiales, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, Innovación). El certificado BREEAM fue creado en Inglaterra en 1990. Hasta la fecha ha certificado más de 270.000 edificios en 63 países.