The Diplomat in Spain

Obama y Castro, ayer, en sus respectivos anuncios televisados.

Eduardo González. Madrid

El anuncio por parte de los presidentes de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, del restablecimiento inmediato de las relaciones diplomáticas entre los dos países, después de más de medio siglo de ruptura, ha coincidido con la creciente oposición internacional al aislamiento de la isla, de la que participa el actual Gobierno español, cuyo ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha dado la «bienvenida a una nueva etapa» que debería traer «un futuro mejor para el pueblo cubano» basado en «la democracia y los derechos humanos».

El anuncio de ambos presidentes supone un hecho «de enorme relevancia», declaró este miércoles el ministro durante una rueda de prensa en la sede de Exteriores. «El Gobierno ha apostado por esta solución de diálogo y seguirá trabajando», prosiguió. «El Gobierno español ha trabajado en el seno de la Unión Europea para superar el esquema anterior de las relaciones con Cuba y abrir las negociaciones de un acuerdo de dialogo político y cooperación entre la UE y Cuba», prosiguió.

El propósito de España, explicó, «era y sigue siendo mantener los mismos objetivos de democracia y derechos humanos a través del diálogo». «Mi reciente visita a La Habana ha supuesto una muestra del interés de España en acompañar a Cuba en este camino», afirmó. Aquella visita «tuvo en cuenta en todo momento las variables internas y externas que se perfilaban desde hacía meses en el contexto internacional», agregó Margallo, quien no reveló en qué momento tuvo constancia el Gobierno español del deshielo en las relaciones entre La Habana y Washington y se limitó a precisar que el Ejecutivo español sigue «desde hace mucho tiempo los distintos intercambios entre las partes».

La postura de España respecto al régimen cubano había llegado a convertirse en uno de los habituales puntos de fricción entre el PP y el PSOE. No obstante, desde hace unos años el Gobierno español ha adoptado posiciones más pragmáticas y el actual ejecutivo presidido por Mariano Rajoy ha optado por seguir la misma política que el anterior gobierno socialista, cuyo ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, había abanderado la oposición a la Posición Común de la Unión Europea sobre Cuba, promovida en 1996 por el ejecutivo de José María Aznar y que condicionaba cualquier relación a que hubiera avances en materia de Derechos Humanos.

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Margallo seguirá trabajando por «la democracia y los derechos humanos a través del diálogo»

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Ejemplos de este acercamiento bilateral son la visita del pasado mes de noviembre de Margallo a Cuba (la primera de un ministro de Exteriores desde 2010), el respaldo expreso de Cuba a la candidatura de España al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el reciente viaje a la isla del secretario de Estado para Comercio, Jaime García-Legaz, antiguo secretario general de la FAES, fundación creada por Aznar e importante aliado del exilio cubano más intransigente.

España también ha mantenido estrechos contactos con Estados Unidos en relación con Cuba, e incluso hay indicios de que el Gobierno de Rajoy llegó a mediar ante las autoridades de La Habana para conseguir la liberación del contratista norteamericano Alan Gross, detenido desde hace cinco años en la isla bajo acusación de espionaje y que fue excarcelado este miércoles por «razones humanitarias». No obstante, fuentes oficiales de ambos países aseguraron en todo momento que España nunca había transmitido «mensajes concretos» de Washington respecto al caso Gross.