The Diplomat in Spain

El embajador de Eslovaquia, Vladimír Grácz, presentó el cortometraje./ Foto: A.R.

Alberto Rubio. Madrid.

El  16 de noviembre de 1989, miles de eslovacos y checos tomaron las calles de las principales ciudades de la entonces Checoslovaquia, para expresar su deseo de cambio político. Sólo una semana antes, el 9 de noviembre, había caído el Muro de Berlín. La pacífica Revolución de Terciopelo se llevó por delante al régímen comunista que había gobernado el país prácticamente desde que terminó la II Guerra Mundial.

La Embajada de Eslovaquia en España conmemoró el pasado jueves el 25º aniversario de esa Revolución que derrocó a la dictadura comunista sin derramamiento de sangre con la proyección de un documental centrado en las manifestaciones que tuvieron lugar en Košice, la segunda ciudad de Eslovaquia, a las que acudieron miles de de estudiantes de todo el país para reclamar libertad y democracia.

A la proyección del cortometraje asistieron, entre otros, los embajadores de Bulgaria, Macedonia, Serbia, Grecia, Suecia y Malta.

«Polonia, diez años; Hungría, diez meses; y Eslovaquia, diez días», fue el lema de aquellos manifestantes que tomaron las calles y lograron abrir el camino a un nuevo gobierno democrático, presidido por Vaclav Havel, el 18 de diciembre de ese año, como recordó el embajador eslovaco, Vladimír Grácz.

Poco más de tres años después, el 1 de enero de 1993, Checoslovaquia se disolvería de común acuerdo, dando lugar a las dos repúblicas actuales, la Checa y la Eslovaca, tras pasar un breve periodo como la República Federal Checa y Eslovaca.