“No es una cena, tampoco es un espectáculo, es ambas cosas y ninguna al mismo tiempo. Es una experiencia sensitiva y emocional, donde el público no llega a vislumbrar el límite entre lo que se ve y lo que saborea, entre lo que oye y lo que siente”, así reza la publicidad del espectáculo que está de moda en la capital y que lleva por nombre de La cena de los malditos, un recital de trapecistas, burlesque, cantantes, buena música y una interacción con el público (en especial si se cena durante el espectáculo).
El Teatro Bodevil (calle General Orgaz, 17) nos ofrece este espectáculo variado y de altísima calidad. Y permitan una debilidad del que escribe… estén atentos a la voz de la cantante Mey Green. Calificarla de impresionante es quedarse corto.