Tropas españolas en Afganistán/Foto: Ministerio de Defensa
Eduardo González. Madrid
La decisión del Gobierno de no implicar militarmente a España en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak coincide con la postura de las principales formaciones políticas del país, que se han pronunciado en este mismo sentido. En este sentido, el propio ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ya advirtió recientemente de que para dar ese paso se necesitaría tanto el «consenso internacional» como el «consenso nacional» con el resto de partidos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció a principios de septiembre, durante la cumbre de la OTAN celebrada en Gales, la formación de una coalición internacional para frenar el avance del Estado Islámico. En declaraciones a la cadena SER, el secretario de Estado de Defensa, Alejandro Alvargonzález, aseguró que la propuesta norteamericana era económica y humanitaria y que España no se iba a implicar militarmente en la guerra contra el EI.
Durante una rueda de prensa en la sede del Ministerio en Madrid, Margallo declaró el pasado 9 de septiembre que España ha demostrado en el pasado su implicación en la lucha contra la amenaza yihadista, como revela su presencia en las operaciones militares de Afganistán, Líbano, Somalia y Malí o el apoyo militar en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad de Níger.
A juicio del ministro, el yihadismo no sólo se combate «desde el punto de vista militar», sino también «en otros términos». «España participa en la Alianza de Civilizaciones, que es un marco preventivo al conflicto», declaró. «Sería prematuro» implicarse militarmente en Siria e Irak sin «un consenso internacional» en el que quede claro «hacia dónde, cómo y cuándo» se va a actuar, prosiguió García-Margallo.
[hr style=»single»]
El ministro cita a la Alianza de Civilizaciones como «marco preventivo» contra el yihadismo
[hr style=»single»]
En el momento en que se alcance ese consenso internacional, añadió Margallo,»se discutirá con las otras fuerzas políticas» para buscar el necesario «consenso nacional» que conduzca, por ese orden, a la autorización por parte del Consejo de Ministros y a la aprobación por parte de las Cortes Generales, antes de implicar a España en una acción de tipo militar. El mismo 9 de septiembre, el ministro aseguró ante el pleno del Senado que España no iba a intervenir militarmente en Siria «porque no puede, según su ley de Defensa».
El pasado 4 de septiembre, coincidiendo con el inicio de la cumbre de la OTAN, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dijo a la Cadena SER que su partido era partidario, «por supuesto», de que España se involucrase en el conflicto ayudando «a la población civil que está siendo castigada y aniquilada por el Estado Islámico», pero «no enviando tropas ni a Siria ni a Irak».
Por su parte, el portavoz de Izquierda Plural en el Congreso de los Diputados, José Luis Centella, declaró el pasado 8 de septiembre al diario Publico.es que la postura de su formación en contra de la guerra «es permanente». «Estamos ante los pirómanos-bomberos, los que han incendiado Siria, Irak, Libia, etcétera, y ahora quieren apagar ese fuego», manifestó. «En su día dijimos que las guerras que provocaba la OTAN sólo servirían para activar el radicalismo islámico, ahora nos deben una explicación», añadió.