The Diplomat in Spain

Sánchez saluda a los delegados del PSOE rodeado por los miembros de la nueva Ejecutiva Federal./ Foto: CP/La Razón. 

Rosa Paz. Madrid.

El nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, es un joven (42 años) apuesto, seguro de sí mismo, que se pasea en mangas de camisa derrochando cercanía con los militantes y mantiene una sonrisa perfecta y perenne, más propia de los políticos estadounidenses. Ese, el de su aspecto, es un cambio. El de su edad, otro. Porque con él ha llegado a la dirección del PSOE una nueva generación, la de los que tienen entre 30 y 40 años, entre los 42 del propio Sánchez y los 33 de su número dos, el secretario de Organización, César Luena.

Lo que sigue siendo una incógnita es qué capacidad va a tener para reflotar un partido encallado por la pérdida de 4 millones y medio de votantes en 2011, el descontento de sus seguidores y la brutal merma de confianza ante la sociedad española.

Estas son algunas de las claves para entender el nuevo PSOE.

1. Un líder nuevo

La aparición de un líder nuevo, elegido por primera vez en los 135 años de historia del partido socialista por la votación directa de las bases y en liza con otros dos rivales, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, le da al flamante secretario general del PSOE una fuerza de partida que no han tenido sus antecesores. Que no tuvo, desde luego, Alfredo Pérez Rubalcaba, el líder saliente, que ganó por 22 votos a Carme Chacón en el congreso de febrero de 2012 y a quien sus rivales no le reconocieron la legitimidad para unir el partido.

Sánchez llega con otro tono vital, más apoyo de los militantes y de los secretarios generales y, sobre todo, con aire fresco. No obstante, sus rivales le acusan de no haber integrado a los discrepantes en la dirección y ha estado a punto de tener un grave problema con el secretario general de la Federación Socialista Asturiana, y presidente de Asturias, Javier Fernández, a quien quitó la Presidencia del Consejo Federal, que reúne a los barones territoriales, para dársela a Susana Díaz, la persona con más poder del PSOE.

2. Una nueva generación

La mayoría de los miembros de la Ejecutiva Federal elegida este domingo es nueva en la dirección del partido y representa el cambio generacional. César Luena, de 33 años, secretario de Organización. Carmen Montón, 38, secretaria de Igualdad. Adriana Lastra (35), secretaria de Política Municipal. Manuel de la Rocha (42) secretario de Economía. María González Veracruz (35) secretaria de Ciencia, Participación y Política en Red. Meritxell Batet (41), secretaria de Estudios y Programas. Carme Chacón (43), secretaria de Relaciones Internacionales. Estefanía Martín (37), secretaria de Formación. Pilar Lucio (42), secretaria de Cambio Climático y Sostenibilidad.  Susana Zumelzo, (45) secretaria de Administraciones Públicas. Iratxe García (40) secretaria de Unión Europea. Ibán García (37), secretario de Cultura, Roberto Jiménez (41) secretario de Emigración. o Noemí Cruz (28) secretaria de Cooperación para el Desarrollo.

Entre los pesos pesados de la ejecutiva hay también veteranos como el exlehendakari vasco Patxi López, secretario de Acción Política y Ciudadanía, y el secretario general del PSOE del País Valenciano, Ximo Puig, que asume la secretaría de Reformas Democráticas, ambos nacidos en 1959, o el secretario de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, nacido en 1960.

3. Sin rastro de la vieja guardia felipista

Ningún dirigente proveniente de los 23 años de liderazgo y 14 de gobierno de Felipe González permanece en la dirección del PSOE. El más veterano, que podría engarzar con aquella etapa, es Patxi López, pero más por procedencia familiar, porque es hijo del histórico dirigente Eduardo López Albizu “Lalo”, fallecido en 1992, y porque se ha criado en el partido.

4. Pocos zapateristas

De la más reciente etapa de liderazgo en el partido y en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero han vuelto a la dirección del PSOE la exministra de Vivienda y de Defensa, Carme Chacón, y el secretario de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo. Aunque entre los apoyos que ha tenido Pedro Sánchez está quien fuera vicesecretario general del partido y ministro de Fomento, José Blanco, sin más cargo, por el momento, que el de eurodiputado.

5. Más mujeres que hombres

La nueva ejecutiva, con 20 mujeres y 18 hombres, muestra la decisión de Sánchez de impulsar las políticas de igualdad de género.

6. El poder de Susana Díaz

Quien sí ha hecho valer su fuerza es la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, a quien muchos consideran como la persona con más poder del PSOE y la persona que más ha apoyado la elección de Sánchez como secretario general. Mientras el nuevo líder tiene que demostrar si es capaz de sacudirse las tutelas de quienes le han arropado en su conquista del liderazgo, Díaz ha conseguido para ella la Presidencia del Consejo Federal, que agrupa a todos los barones territoriales, y colocar a 8 andaluces en la Ejecutiva, entre ellos a la presidenta, Micaela Navarro, y al secretario de Política Federal y número tres del partido, Antonio Pradas.

7. Un melón sin abrir

Acabado el congreso extraordinario y aprobada la nueva dirección del partido, el futuro político del PSOE es todavía “un melón sin abrir”, por utilizar la terminología de un veterano del felipismo. Todos esperan que Sánchez sea capaz de reflotar el partido, enderezar el rumbo y colocarlo en condiciones de recuperar la confianza de los votantes perdidos, pero cuáles van a ser sus apuestas políticas, cuál su discurso y cuáles sus primeras decisiones son preguntas para las que casi nadie tiene todavía respuestas. El futuro del PSOE, por tanto, es aun una incógnita.

8. Hegemonía de la izquierda

Lo que sí parece claro es que Sánchez es consciente de que tiene que ganar para el PSOE la hegemonía de la izquierda que ahora empieza a disputarle más que Izquierda Unida, Podemos, esa formación de izquierda radical, liderada por Pablo Iglesias, que consiguió un millón doscientos mil votos y cinco diputados en las elecciones europeas. Un 35% de esos votos le llegaron directamente del PSOE. La competencia, en cualquier caso, de Izquierda Unida y de Podemos augura un panorama de una izquierda fragmentada que podría complicar el retorno al poder de los socialistas.

Por esa razón Sánchez insistió en romper con la idea de que PP y PSOE hacen las mismas políticas : “No hagáis caso a los que dicen que somos iguales, porque ni somos iguales ni somos lo mismo”. Dejó claro, por el contrario, que “nosotros somos la izquierda que gobierna el presente para inventar el futuro” y prometió “recuperar el voto de los desencantados”, “salir al encuentro de los indignados que nos miran de reojo, de los votantes que dejaron de votarnos y eligieron a otras opciones”, “de los hastiados de la política que se quedan en casa” y de “los que votaron al PP y ahora están decepcionados”.

9. Federalismo y Cataluña

Uno de los mensajes fundamentales de Sánchez fue dirigido a los socialistas catalanes, que, como consecuencia de la tensión soberanista, viven también su propia crisis. En la Ejecutiva han entrado tres miembros del PSC, las citadas Carme Chacón y Meritxell Batet y el hasta hace un mes primer secretario, Pere Navarro, con quien Sánchez tiene gran sintonía personal. Además, el líder del PSOE, que dijo ser “federalista porque soy socialista”, hizo una mención especial a la delegación del PSC, “porque nos sentimos orgullosos de que, en estos momentos de tensión, la única bandera de la concordia y la convivencia la levanten nuestros hermanos socialistas catalanes”.

Sánchez defendió el proyecto de reforma federal de la Constitución que el PSOE aprobó hace un año en Granada y afirmó que frente “a la recentralización” que propone la derecha española y “el separatismo” de Artur Mas, “nosotros proponemos reformar la Constitución para que todos los españoles voten de nuevo un marco de convivencia federal, que es la única vía que garantiza la unidad de todos los pueblos de España”.

10. Política económica, igualdad y laicidad

El nuevo líder socialista prometió una nueva política económica que garantice el empleo, la cohesión social, la capacidad salarial, la recuperación de la negociación colectiva… en definitiva, la derogación de la reforma laboral del PP. Prometió también una nueva fiscalidad progresiva, que equipare la tributación de las rentas del trabajo y del capital y luche contra el fraude fiscal, para garantizar los ingresos del Estado y permita recuperar el Estado del bienestar. Dijo también que pedirá al Banco Central Europeo que devalúe el euro para facilitar las exportaciones y gradúe el ajuste fiscal para atenuar el sufrimiento de la clase media y de la clase trabajadora.

Hizo hincapié en las políticas de igualdad. Las de la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, la igualdad de acceso a los servicios sociales y la de la igualdad entre hombres y mujeres. De hecho, aseguró que si el PP acaba por aprobar “la legislación retrógrada e integrista” de la reforma de la ley del aborto, la derogará cuando llegue al Gobierno.

Igualmente aseguró que derogará el Concordato con la Santa Sede, no por anticlericalismo, sino por “laicismo”, porque quiere “un país libre de tutelas”.

Estas propuestas están recogidas en las conclusiones de la Conferencia Política que el PSOE celebró en noviembre del año pasado.