Fachada del Congreso de los Diputados.
The Diplomat. Madrid
Los nuevos embajadores de España en Egipto y ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) serán los primeros en comparecer ante el Parlamento español, en aplicación de la recién aprobada Ley de Acción Exterior y del Servicio Exterior del Estado, si prospera la petición hecha por el Grupo parlamentario socialista.
La Ley, que entró en vigor el pasado 27 de marzo establece que «el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación comunicará a la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados toda designación de embajadores, a los efectos de la posible solicitud de comparecencia para informar a sus miembros sobre los objetivos de su Misión, en función de las directrices recibidas en su carta de instrucciones».
En virtud de ello, los socialistas han formulado esta primera solicitud, según informa Europa Press, para que Arturo Avello y Jorge Domecq, nombrados hace pocas semanas embajadores en Egipto y la OSCE, respectivamente, comparezcan ante la citada Comisión para responder a las preguntas de los diputados sobre las misiones que les han sido encomendadas. Sus comparecencias pueden tener especial interés, en un momento en el que la situación en Egipto es enormemente complicada y cuando en Europa hay un conflicto civil a sus puertas, por la crisis de Ucrania.
Según la ley, los nuevos jefes de Misión han de recibir del Ministerio de Exteriores una carta de instrucciones con las directrices del Gobierno que puede incluir información recabada de otros departamentos ministeriales o de las Comunidades Autónomas.
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El PSOE reclama la presencia de los nuevos representantes en Egipto y la OSCE
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Ahora, será la Mesa del Congreso la que examine en su reunión del miércoles, día 7, la solicitud formulada por el Grupo Socialista y, si lo considera conveniente, fije una fecha para la comparecencia de los dos diplomáticos.
La medida supone un avance en el control parlamentario de los nombramientos de embajadores, pero no alcanza el nivel existente en Estados Unidos, en el que los candidatos a un puesto de embajador son sometidos a una comparecencia ante el Senado, que ha de dar el visto bueno antes de su nombramiento por el presidente. Este mecanismo obedece al hecho de que un elevado número de los embajadores estadounidenses no pertenecen a la Carrera Diplomática y son elegidos por el presidente en función de otros condicionantes, entre ellos la ayuda prestada a su campaña electoral. En el caso español, salvo contadas excepciones, los embajadores son elegidos entre los miembros de la Carrera Diplomática.