Foto y texto: Antonio Colmenar
Hace una década había unos 30.000 hórreos diseminados por Galicia, aunque este número ha decrecido en los últimos años por el abandono del hombre. ¿Qué es un hórreo? Es una construcción de piedra destinada a guardar y conservar alimentos como el maíz para que la humedad y los roedores no acaben con este sustento. De ahí que se apoyen sobre pilares. La necesaria ventilación se consigue a través de unas ranuras en las paredes.
El origen del término hórreo nos remite al latín horreum, que designaba a un edificio en el que se guardaban frutos del campo, especialmente el grano. La primera representación gráfica de un hórreo nos remonta hasta el siglo XIII, en las Cantigas de Santa María, atribuidas a Alfonso X el Sabio.
Se han encontrado construcciones parecidas a los hórreos en lugares tan dispares como los países nórdicos, Japón, el África subsahariana y Oceanía. Sin embargo, los hórreos gallegos destacan por su pequeño tamaño y su esbeltez. En España, el uso de este granero aéreo se extiende por buena parte del norte de la península, con especial abundancia en Asturias, León, Zamora y Galicia, en donde la pronta llegada de un invierno largo, frío y húmedo obliga a realizar cosechas tempranas.