El ministro de Exteriores, Josep Borrell.
The Diplomat. 08/08/2018
La Asociación de Diplomáticos españoles (ADE), que representa en la actualidad a más del 75% del total de miembros de la Carrera Diplomática española, expresó ayer su preocupación por los nombramientos de tres responsables del PSOE -Ángel Ros, Juan Andrés Perelló y Manuel Escudero- para ocupar los puestos de embajador en Andorra, Unesco y OCDE, respectivamente.
“Como ha venido reiterando esta Asociación, independientemente del partido político que gobierne en nuestro país y dentro del respeto a la discrecionalidad del Consejo de Ministros a la hora de nombrar a los Embajadores de España, los representantes de la ADE queremos manifestar, una vez más, nuestra disconformidad con el nombramiento de Embajadores denominados ‘políticos’, es decir, no pertenecientes a la Carrera Diplomática”, señaló la ADE en un comunicado.
Esa discrecionalidad no puede ni debe, a juicio de esta asociación, “convertirse en arbitrariedad, basarse en criterios partidistas o servir para garantizar una ‘salida institucional’ para personas a quienes se quiera beneficiar”, en detrimento de los funcionarios diplomáticos, que son los profesionales en esta materia.
“Ser embajador de España no se improvisa ni se aprende en unos pocos años. Es la consecuencia última de una carrera profesional que se inicia al superar unas exigentes oposiciones, a las que sigue una dilatada experiencia tras muchos años de trabajo consagrados a salvaguardar los intereses de España tanto en el extranjero como en nuestro país”, recordó la ADE.
El reglamento de la Carrera Diplomática, ahora bajo revisión, establecía varios requisitos “ineludibles” para llegar a ser jefe de misión diplomática y entre ellos el haber cumplido, como mínimo, 20 años de carrera.
La nueva versión del reglamento que ahora se negocia mantiene esa exigencia “de una brillante y dilatada trayectoria profesional” para acceder al puesto de embajador. “No se entiende, en buena lógica, que un funcionario tenga que haber cumplido 20 años de ejercicio de su profesión y haber ocupado una serie de puestos de responsabilidad diplomática para aspirar a ser Embajador, y quien es nombrado por razones partidistas, ninguno”.
En opinión de la ADE, los nombramientos de embajadores ‘políticos’ deben de limitarse al máximo y solo aplicarse muy excepcionalmente en los casos en que un determinado nombramiento favorezca de modo indiscutible el interés de España.
“En la ADE confiamos en que estos nombramientos sean verdaderamente casos muy aislados y esperamos que estas reflexiones coadyuven a una óptima toma de decisiones en beneficio de los intereses de España en el ámbito de nuestra política exterior”, concluye el comunicado.