Zapatero, en la recepción de la embajada de Marruecos en agosto de 2014./ Foto: AR.
Eduardo González. Madrid
La decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de trasladarse al Sáhara Occidental ha vuelto a causar resquemor en el Ministerio de Asuntos Exteriores. En este caso, el motivo del malestar no es la falta de información sobre el viaje, como ocurrió con la reciente entrevista del ex presidente con Raúl Castro en La Habana, sino su asistencia a un encuentro que ha sido condenado por la Unión Africana y que choca, según el gobierno, con la postura española respecto a su ex colonia.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, reconoció ayer, durante la rueda de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, que Zapatero le había informado convenientemente por carta de su intención de trasladarse a Dajla, en el sur del territorio ocupado, para asistir este próximo fin de semana al Foro Crans-Montana, un encuentro de reflexión internacional organizado en Suiza por una ONG con sede en Mónaco.
No obstante, el ministro se limitó a recordar que la Unión Africana (al igual que el Frente Polisario) ha reclamado la cancelación de este foro por considerarlo “ilegal conforme al Derecho Internacional”. En este sentido, Margallo recordó la “bien conocida” postura de España en favor de una solución basada en la libre determinación de los saharauis. «Imagino que el secretario general (Pedro Sánchez) estará al tanto de este viaje» y de “esta declaración» de la UA y, por tanto, «tendrán que responder».
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Margallo recuerda que la UA ha pedido la cancelación del foro sobre el Sáhara al que asistirá el ex presidente
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La renovada agenda internacional de Zapatero sigue molestando al gobierno, como quedó de evidencia con su reciente viaje a Cuba y con la visita que llevó a cabo en julio de 2014 a Guinea Ecuatorial, acompañado de los ex ministros José Bono y José María Moratinos, supuestamente para ejercer labores de lobby para empresas españolas interesadas en entrar en el país africano.
Mucho más atrás en el tiempo, el momento más tenso se produjo en diciembre de 2001, cuando el gobierno de José María Aznar acusó de “desleal” al entonces líder opositor por una visita a Marruecos en plena crisis diplomática entre los dos países vecinos.