Texto y foto: Antonio Colmenar
Este castillo que se encuentra en una colina de Ponferrada (León), cuyo perímetro bordea el río Sil, tiene una construcción soberbia. Consta de un recinto poligonal de más de 8.000 metros cuadrados, con dobles y triples defensas, que hicieron de este lugar una de las mejores fortalezas del norte de España durante la Edad Media y el Renacimiento.
En 1211, el rey leonés Alfonso IX hizo las paces con la Orden del Temple y le donó la villa de Ponferrada. Allí estuvieron los templarios hasta 1312, quienes ampliaron y reforzaron esta antigua fortaleza romana para servir como palacio habitable y como protección a los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.
Lo que más destaca del castillo es su entrada, con un puente que cruza un enorme foso, así como los dos grandes torreones con almenas unidos por un arco. Sus doce torres originales reproducen las formas de las constelaciones.
En la actualidad, alberga una biblioteca templaria y el Centro de Investigación y Estudios Históricos de Ponferrada, con cerca de 1.400 libros, entre los que hay facsímiles de obras de Leonardo da Vinci. En 1924 fue declarado Monumento Nacional Histórico Artístico.