Eduardo López Busquets/Foto: Diplomat
Eduardo González. Madrid
«En toda Europa, si hay un país sensible a los árabes, ese país es España». Así de claro lo tiene el valenciano Eduardo López Busquets, director de la Casa Árabe desde marzo de 2012 y cuya principal aspiración es conseguir que «las palabras árabe y musulmán se conviertan en sinónimos de tranquilidad».
«España, por raíces históricas, políticas, geográficas y económicas, está muy cerca del mundo árabe, y de hecho es el único país europeo con fronteras terrestres con un país árabe», declaró el director de Casa Árabe en una entrevista concedida a The Diplomat in Spain. «Queramos o no queramos, hay un vínculo histórico que hace que mucha gente vea a Al Ándalus como una reivindicación», advirtió.
En esas circunstancias, explicó López Busquets, uno de los retos de Casa Árabe es «ser el centro de referencia para todas las cuestiones árabes e islámicas en España» y contribuir a superar ciertos «estereotipos» que relacionan lo islámico con la violencia y que se ven reforzados por el hecho de que «el 80 por ciento de las crisis de los telediarios tienen que ver con el mundo árabe o islámico».
Aparte de los motivos tradicionales, según el director de Casa Árabe, los vínculos entre el mundo musulmán y España han aumentado en los últimos años a causa de la crisis económica. «Muchos españoles que salen del país van a trabajar a países árabes», explicó, «En Emiratos Árabes Unidos hay 11.000 profesionales españoles» y numerosos pilotos de aviación y arquitectos españoles están trabajando en el Golfo Pérsico, precisó.
Una de las labores más destacadas de Casa Árabe a lo largo del último año ha sido el apoyo a la acción diplomática del Gobierno en determinadas áreas. «Casa Árabe ha contribuido al triunfo de la candidatura española al Consejo de Seguridad», explicó López Busquets. «Tradujimos al árabe la publicidad de la candidatura española, organizamos seminarios con embajadores y en febrero yo me reuní en Nueva York con 25 embajadores de países árabes e islámicos», añadió.
Con el mismo objetivo, Casa Árabe organizó hace once meses, en su sede de Córdoba, una conferencia «extremadamente difícil» a la que asistieron 180 líderes de la sociedad civil y de las fuerzas políticas de la oposición de Siria. «Esas reuniones las puede organizar la Casa Árabe, no el Ministerio de Asuntos Exteriores», manifestó.
«Queramos o no, hay un vínculo histórico que hace que se vea a Al Ándalus como una reivindicación»
Por todo ello, precisó López Busquets, los temas relativos a la ONU (como la crisis de Irak y Siria, el auge de la islamofobia, la Alianza de Civilizaciones o el programa nuclear de Irán) se han vuelto «prioritarios» para Casa Árabe y «en los dos próximos años» la institución se propone «reforzar la capacidad de servir como instrumento al servicio del Ministerio de Asuntos Exteriores» en el contexto del Consejo de Seguridad.
De cara a 2015, según López Busquets, Casa Árabe tiene previsto celebrar, a finales de enero, una reunión de ministros de Turismo de siete países del norte de África y Oriente Próximo en el marco del FITUR; una conferencia en abril sobre árabes cristianos en Oriente Medio, «especialmente vapuleados» por el Ejército Islámico; y la participación en mayo en la Feria del Libro de Abu Dhabi.
«En algún momento se organizará una gran exposición sobre Catar 1850-1950 y se está intentando traer una exposición sobre el Hajj (la emigración a la Meca)», que previamente ha pasado por Londres y París, añadió. El pasado 1 de diciembre, el Consejo Rector de Casa Árabe (que reúne a la Comunidad de Madrid, la Junta de Andalucía, los ayuntamientos de Madrid y Córdoba y el Ministerio de Exteriores) aprobó las líneas estratégicas del organismo para sus dos sedes de Madrid y Córdoba y adoptó un presupuesto para 2015 de 2,75 millones de euros.