Antonio Alonso Marcos
Profesor Universidad San Pablo CEU
En abril de 2023 Uzbekistán celebró un referéndum de reforma constitucional. Estas elecciones parlamentarias servirán para culminar este proceso transformador, pues todos los niveles del sistema político –el Presidente, el Parlamento, los parlamentos regionales y las asambleas locales— han pasado por una nueva llamada a las urnas, invitando a los ciudadanos a participar activamente de la política del país.
Este 27 de octubre se elegirán los miembros del Legislativo, el Oliy Majlis, que desde el año 2002 es bicameral, cosa que se hizo efectivo con la elección en 2005 de los senadores.
En esta ocasión, estas elecciones son una consecuencia lógica de la implementación de tres propuestas del Presidente Shavkat Mirziyoyev: la Estrategia de Acciones para 2017-2021, la Estrategia de Desarrollo para 2022-2026 y la Estrategia Uzbekistán-2030. Con estos documentos, Uzbekistán busca alinearse con los mejores estándares democráticos internacionales para “garantizar un futuro donde la prosperidad, la transparencia y el estado de derecho sean piedras angulares de la gobernanza de la nación”, tal como afirma la Comisión Electoral Central a la hora de explicar estas elecciones. Se trata de toda una transición de un modelo más presidencialista –como el de EEUU o Rusia— a uno más parlamentarista –como el de España, Italia o Alemania—. Ambos modelos están presentes, como se ve, en democracias de larga tradición, y cada pueblo elige su propio camino, adaptándose a lso nuevos tiempos.
Esta será la primera vez en la Historia del país que se elijan sus miembros siguiendo un sistema electoral mixto. De los 150 diputados, 75 serán elegidos directamente a través de ese sistema mayoritario, donde los electores votan por un candidato concreto, no por un aprtido, mientras que para elegir a los otros 75 diputados se seguirá un sistema proporcional.
Por otro lado, este es un proceso electoral altamente digitalizado a través de la plataforma “E-Saylov”. Todas las actividades de las comisiones electorales y los candidatos se llevan a cabo de esta manera, lo que permite reducir significativamente la burocracia, el tiempo y el manejo de documentos en los procedimientos electorales, incrementando la eficiencia del proceso.
Además, se han ampliado las funciones de supervisión del parlamento sobre las actividades de los organismos ejecutivos, judiciales, encargados de hacer cumplir la ley y los servicios especiales, incrementando de esta manera la transparencia y la rendición de cuentas al público por parte de los diputados y también de los miembros del Gobierno.
El papel del alcalde –hokim— también ha sido revisado y algunas de sus capacidades se han transferido a los Consejos Locales, en una especie de traslado de poder del Ejecutivo al Legislativo, haciendo el sistema más democrático.
El Senado también ha visto ampliados sus poderes, de manera que se han incluido entre sus competencias la elección de cargos judiciales y gubernamentales clave, como los miembros del Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo, el Consejo Superior de la Judicatura y los jefes de los órganos nacionales anticorrupción y antimonopolio, sobre la base de las propuestas del Presidente. El Senado también podrá examinar las candidaturas para Fiscal General y para Presidente de la Cámara de Cuentas y deberá ser consultado sobre el candidato a jefe del Servicio de Seguridad del Estado.
En esta convocatoria, al menos el 40% de sus candidatos deben ser mujeres.
En total, se elegirán 150 diputados (todos), 65 senadores (de 100), 65 diputados de la Asamblea Regional –Jokargy Kenes— de la República de Karakalpakistán, todos los concejales de 208 consejos de distrito. Se presentan alrededor de 30.000 candidatos, que serán auxiliados por unos 90.000 delegados de los distintos partidos. Por la limpieza del proceso velarán unos 120.000 representantes de las distintas comisiones electorales y más de 70.000 observadores (nacionales e internacionales).
Los partidos necesitan 40.000 firmas que apoyen su participación para poder presentar a sus candidatos. En esta convocatoria cinco partidos políticos son los que han pasado ese filtro. Siguiendo el espectro ideológico, habría: un partido de derechas, el Partido Democrático “Milliy Tiklanish” (Renacimiento Nacional) de Uzbekistán, que se centra en la unidad nacional, la preservación cultural y los intereses nacionales, enfatizando los objetivos estratégicos de Uzbekistán en el contexto internacional; un partido de centro-derecha, el Partido Liberal Democrático de Uzbekistán (UzLiDeP), que aboga por la libertad empresarial, la independencia económica y la reducción de las barreras a las actividades comerciales, y apoya garantías sociales básicas como la educación, la atención sanitaria y la asistencia social específica para las poblaciones vulnerables; dos partidos de centro-izquierda, el Partido Social Democrático de Uzbekistán (“Adolat”, Justicia), que propone un modelo socialdemócrata que promueve la justicia social, la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades en la educación, la salud y otras áreas, y el Partido Ecologista, que busca una transición hacia una economía verde, preocupados por abordar los desafíos socioeconómicos y ambientales, como el de la desecación del Mar de Aral; por último, estaría el Partido Democrático Popular de Uzbekistán (PDPU), de izquierdas, que tiene como objetivo construir un Estado socialdemócrata alineado con la justicia social, la igualdad y la solidaridad, que represente principalmente a los grupos socialmente vulnerables.
Uzbekistán está luchando por consolidar su democracia en medio de un contexto internacional nada favorable, pues las tensiones geopolíticas les afectan enormemente, por estar en una zona limítrofe con Rusia, China e Irán, países que están conformando un bloque sólido frente a EEUU y la UE.