<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>Su Majestad el Rey aprovechó ayer su discurso en la tradicional recepción, en el Palacio Real, al Cuerpo Diplomático acreditado en Madrid para lanzar un mensaje a Marruecos con el objetivo de dejar atrás la crisis bilateral abierta en abril del pasado año.</strong></h4> En presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; y de los embajadores extranjeros en España, <a href="https://www.casareal.es/ES/Actividades/Paginas/actividades_discursos_detalle.aspx?data=6387" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>don Felipe pasó revista a distintos aspectos de la política exterior española,</strong></a> pero, sobre todo, <strong>insistió a Rabat para que se materialice esa nueva etapa en la relación bilateral</strong>, “basada en la confianza y el respeto mutuo”, que anunció el rey Mohamed VI, en un discurso pronunciado en agosto. Entre los asistentes a la ceremonia se encontraba el encargado de Negocios de Marruecos en Madrid, pero <strong>no la embajadora, Karima Benyaich</strong>. Ésta fue llamada a consultas por su Gobierno el pasado el 18 de mayo, en plena entrada masiva de inmigrantes irregulares en Ceuta facilitada por las autoridades del país magrebí como reacción a la acogida en un hospital español, por motivos humanitarios, del líder del <strong>Frente Polisario, Brahim Ghali.</strong> El Rey subrayó el<strong> “carácter estratégico” que para España tiene la relación con el Magreb</strong> y la relación de “interdependencia” que configuran la cercanía y la intensidad de los vínculos existentes. En ese contexto y, sin citarlo de manera expresa, aludió al <strong>conflicto que mantienen Marruecos y Argelia</strong>, que rompieron sus relaciones diplomáticas el pasado mes de agosto. Así, afirmó que, en el Magreb, "nuestro país seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios para la creación y consolidación de un espacio común de paz, estabilidad y prosperidad". Y aseguró que la relación de España con los países de la región "se asienta sobre lazos sinceros y respetuosos de amistad y cooperación que queremos seguir preservando y reforzando con el conjunto de nuestros socios magrebíes". Refiriéndose, en concreto -y por vez primera- al <strong>contencioso hispano-marroquí</strong>, señaló: <strong>“Nuestros respectivos gobiernos han acordado redefinir conjuntamente una relación para el siglo XXI, sobre pilares más fuertes y sólidos”.</strong> “Ahora -enfatizó el Monarca-, <strong>ambas naciones debemos caminar juntas para empezar a materializar ya esta nueva relación.</strong> Se trata de encontrar soluciones a los problemas que preocupan a nuestros pueblos”. Felipe VI abordó también otros retos de la política exterior española, como la <strong>Cumbre de la OTAN</strong> que se celebrará en Madrid los días 29 y 30 de junio, cuando se cumplen 40 años del ingreso de nuestro país en la Alianza. Recordó que, en esa cita, está previsto que sea aprobado un nuevo Concepto Estratégico, el <strong>“Concepto de Madrid”</strong>, que “debe generar -dijo- una potente señal de unidad y cohesión que respalde el refuerzo de la disuasión y la defensa de la Alianza”. Además, indico que “España ha sido y es firme partidaria del desarrollo de la Política Común de Seguridad y Defensa y participa activamente en todas las iniciativas encaminadas a que la Unión se convierta en un proveedor efectivo de seguridad”. En ese marco, tuvo, más adelante palabras, dirigidas a<strong> Rusia</strong>, señalando que España reconoce el papel destacado de ese país “como actor relevante para la estabilidad de la región euroasiática” y afirmó que, junto con nuestros socios en la Unión Europea, “tenemos el convencimiento firme de que <strong>la soberanía y la integridad territorial de los Estados son requisitos esenciales e irrenunciables para construir unas relaciones fructíferas y pacíficas” “El respeto de las fronteras es la base de la paz en Europa”</strong>, sentenció. Con respecto a <strong>Iberoamérica</strong>, además de recordar que se han cumplido 30 años desde el comienzo de las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno de la región, señaló que España seguirá apoyando “la <strong>construcción de sociedades más justas, seguras y democráticas</strong>, conforme a los principios y valores que compartimos”. Antes de la intervención del Rey,<strong> el nuncio de la Santa Sede, monseñor Bernardito Auza,</strong> en su calidad de decano del Cuerpo Diplomático, pronunció unas palabras en las que elogió el "talante", la "cercanía" y la "conciencia del alto destino" que ejerce del Rey. Debido la pandemia, a la ceremonia sólo pudo asistir un representante de cada uno de los países acreditados y se suprimió la copa de vino que se ofrece habitualmente al término de la recepción.