Eduardo González
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ha asegurado ante la ONU que las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas en las que España basa sus reivindicaciones de soberanía sobre el Peñón “carecen de base legal” y fueron adoptadas “cuando España era aún una dictadura y Gibraltar la única democracia representativa en la Península Ibérica”.
“Todos los años oímos al representante español decir lo mismo”, declaró este lunes Picardo ante la Comisión de Política Especial y de Descolonización (la llamada Cuarta Comisión) del 79 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU. “Hablan de resoluciones de la Asamblea General, aprobadas hace más de medio siglo, que, según ellos, respaldan su reivindicación de soberanía sobre nuestra patria”, prosiguió.
Según Picardo, “España cedió la soberanía sobre Gibraltar, a perpetuidad, en 1713” y “ninguna resolución de la Asamblea General puede cambiar este hecho”. “Tampoco puede restringir nuestro derecho inalienable a la autodeterminación”, añadió.
“De hecho, hoy iré más lejos: las resoluciones de la Asamblea General en las que se basa España no tienen ningún valor jurídico, no tienen valor legal”, porque “no son declaratorias de ningún principio de Derecho internacional” y “no hay nada en esas resoluciones que prevalezca sobre la resolución que realmente importa”, aseguró el ministro principal.
“Se trata de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General que, explícitamente, declaró la existencia del derecho de autodeterminación”, precisó. “Este es precisamente el derecho que sustenta el histórico acuerdo alcanzado la semana pasada entre el Reino Unido y Mauricio, que completa la descolonización de éste, restablece su integridad territorial y permite el regreso al archipiélago de Chagos de sus habitantes exiliados”, manifestó, en referencia a la reciente decisión del Reino Unido de ceder a Mauricio la soberanía de las Islas Chagos, un territorio que carece de población residente porque sus habitantes fueron desalojados por el Gobierno británico en la década de los sesenta para instalar una base militar.
Por otra parte, advirtió Picardo, “es vergonzoso para el actual Gobierno socialista y progresista de la España moderna el apoyarse en Resoluciones obtenidas aquí por quienes, incluso ellos, califican como el Gobierno fascista de la España de la década de 1960”. “Recuerdo al Comité que en 1969 se votó la última resolución, cuando España era aún una dictadura y Gibraltar la única democracia representativa en la Península Ibérica”, manifestó.
“Además de carecer de valor jurídico, esa resolución tenía un peso político limitado, incluso hace 50 años, porque casi la mitad de los miembros de la ONU de entonces votaron en contra, se abstuvieron o no votaron” y, por tanto, “desde el punto de vista del Derecho internacional y de la política, confiar en esas resoluciones es erróneo e inútil”, porque “Gibraltar no puede descolonizarse legalmente mediante la adhesión a esas resoluciones rancias y sin valor jurídico y mucho menos integrarse en España”, advirtió Picardo. “De hecho, tal hecho no equivaldría a una descolonización, sino a la recolonización de Gibraltar por una potencia colonial diferente”, aseveró el ministro principal.
“La pelota está ahora en el tejado de España”
Por otra parte, Picardo aprovechó su intervención para instar a España a aceptar “soluciones pragmáticas y equilibradas” en las actuales negociaciones sobre el futuro encaje de Gibraltar en la UE tras el Brexit, teniendo en cuenta “el interés superior de todos los habitantes de Gibraltar y de la región” y respetando “los sistemas y la seguridad del espacio Schengen y la integridad del Mercado Único”. “Por lo tanto, la pelota está ahora en el tejado de España, porque cualquier solución debe respetar también la posición de mi pueblo sobre la soberanía, la jurisdicción y el control”, aseguró.
Según el ministro principal, todas las partes implicadas en las negociaciones están “trabajando bien juntos” en la búsqueda de “una zona de prosperidad compartida” en el Campo de Gibraltar “que aporte beneficios económicos mutuos”. “El mes pasado asistí, junto con el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, a la tercera reunión en Bruselas con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, así como con el ministro de Asuntos Exteriores español José Manuel Albares”, recordó. Se trató de “una reunión de políticos socialistas con la oportunidad de demostrar cómo podemos resolver los problemas de la gente, no agravarlos”, añadió.