<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Yván Gil, ha convocado al embajador de España en Caracas, Ramón Santos, para expresarle la “postura contundente del Gobierno venezolano” y advertirle de que el Gobierno de Nicolás Maduro no aceptará “ninguna acción injerencista por parte del Gobierno de España”.</strong></h4> “Hemos convocado al Embajador de España, Ramón Santos, para expresar la postura contundente del Gobierno venezolano”, escribió Gil a través de Telegram”. No permitiremos ninguna acción injerencista por parte del Gobierno de España en asuntos que son de competencia exclusiva de los venezolanos y venezolanas”, prosiguió. “El Gobierno de Venezuela adoptará las medidas necesarias, en el marco del derecho internacional y la Diplomacia Bolivariana de Paz, para proteger su soberanía”, añadió. El canciller venezolano estaba acompañado de la viceministra para Europa y exembajadora de Venezuela en España, Coromoto Godoy, según informó el Gobierno venezolano. Yván Gil anunció en la tarde del jueves su decisión de llamar a consultas a su embajadora en Madrid, Gladys Gutiérrez, y convocar al embajador español en Caracas, Ramón Santos, como respuesta a lo que califica de “insolentes, injerencistas y groseras” declaraciones de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, que se refirió al Gobierno de Nicolás Maduro como una “dictadura”. En sus primeras declaraciones sobre este incidente, el ministro d Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró ayer a Radio Nacional de España que “convocar a un embajador, yo lo he hecho en varias ocasiones, y llamar a consultas son decisiones soberanas de cada Estado y por lo tanto no hay nada que comentar”. Asimismo, evitó utilizar la palabra “dictadura” para referirse al régimen venezolano porque él no es “un catedrático de Derecho constitucional ni un politólogo”, sino ministro de Asuntos Exteriores, y un ministro de Exteriores es “la última persona” que utilizar “calificativos” para referirse a “un país hermano”. Por otra parte, la embajadora venezolana en Madrid ya ha abandonado España tras la llamada a consultas por parte de Yván Gil, según indicaron fuentes informadas a la agencia de Europa Press. El miércoles, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Jorge Rodríguez, instó a la Cámara Legislativa a aprobar la ruptura de relaciones diplomáticas con España, después de que el Congreso de los Diputados pidiera al Ejecutivo español que reconozca al opositor Edmundo González Urrutia como vencedor en las elecciones del pasado 28 de julio. Rodríguez equiparó esta iniciativa con una “declaración de guerra” de España contra Venezuela. La Comisión de Exteriores de la Asamblea Nacional celebra desde este viernes una sesión permanente para abordar la posible ruptura de relaciones diplomáticas con España. El presidente de la Comisión, Timoteo Zambrano, ha explicado a los medios que este organismo elaborará una propuesta a partir del llamamiento de Rodríguez y que espera que “en los próximos días” el Pleno de la Asamblea pueda estudiar la propuesta. Asimismo, adelantó que se pedirá la comparecencia del ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, de “un representante de la comunidad española en Venezuela” y de “comisionados diplomáticos en materia consular y comercial de España”, según informó la Asamblea Nacional en una nota de prensa. Por su parte, el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, no quiso pronunciarse, durante una rueda de prensa desde la oficina del Parlamento Europeo en España, si en Venezuela hay una dictadura, aunque sí añadió que “es evidente es que estas elecciones han demostrado que la calidad democrática de Venezuela, que ya conocíamos antes, no ha mejorado”. También confirmó su intención de reunirse opositor Edmundo González, con quien mantiene “contacto permanente” , y denunció que el régimen de Maduro está “embarcado en una dinámica represiva que nos preocupa a todos” y de la que solo “se puede salir a través de la presión internacional”. <h5><strong>El debate político en España y las inversiones</strong></h5> Entretanto, el vicesecretario de Acción Institucional del PP, el eurodiputado Esteban González Pons, aplaudió ayer las declaraciones de Margarita Robles en las que calificó de “dictadura” al régimen venezolano. “Por primera vez alguien del Gobierno de Pedro Sánchez ha dicho la verdad. Ha tenido que ser Margarita Robles. Porque Pedro Sánchez no sabe, no quiere o no es libre (para hacerlo). Venezuela es una dictadura. Lo ha dicho Margarita Robles y es la pura verdad”, declaró a través de un vídeo difundido a los medios de comunicación. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó ayer a Pedro Sánchez de “desoír el mandato del Congreso” para reconocer a Edmundo González como presidente de Venezuela. “Lamento profundamente que España no defienda la democracia en Venezuela y lamento profundamente que nuestras relaciones históricas, culturales y de hermandad que hemos mantenido con las naciones hispanoamericanas se quiebre por intereses ideológicos, políticos o económicos del Gobierno socialista español”, declaró. “España está dando un pésimo ejemplo a la comunidad internacional”, lamentó. Entretanto, dos es expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP) y Felipe González (PSOE) se reunieron ayer con el candidato opositor Edmundo González Urrutia, quien se encuentra en España desde el pasado domingo, a petición propia, para solicitar asilo político. Respecto a la posible ruptura de relaciones por parte de Venezuela, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, quiso lanzar ayer un mensaje de tranquilidad a las empresas con inversiones en Venezuela, a las que aseguró que el Gobierno español “defenderá sus intereses en caso de que esto fuera necesario”. En la actualidad, España es el tercer socio inversor en Venezuela, después de EEUU y China, aunque las inversiones han ido disminuyendo en los últimos cinco años. El mayor volumen de importaciones procedentes de Venezuela corresponde al petróleo. Cerca de sesenta multinacionales españolas operan en este país en sectores como la energía, las telecomunicaciones o la banca. Por ejemplo, Telefónica da empleo a 1.700 trabajadores y cuenta con una cuota de mercado del 53%. BBVA y Mapfre están presentes en el sector de los seguros y la compañía aérea Iberia transporta 2.500 pasajeros entre ambos países cada semana.