<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Los Reyes presidieron ayer la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes, en el curso del cual don Felipe calificó de “hito” que la institución haya “alcanzado la meta simbólica de estar presente en cien ciudades de todo el mundo”.</strong></h4> <strong>“Este año, el Instituto Cervantes ha alcanzado una meta simbólica, magnífica”,</strong> afirmó el Monarca en el brindis del almuerzo posterior a la sesión del Patronato, que tuvo lugar en el Palacio Real de Aranjuez (Madrid) y a la que asistieron <strong>el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; de Educación, Pilar Alegría, y de Cultura, Ernest Urtasun.</strong> <strong>“Ya está presente en cien ciudades en todo el mundo, un hito que marca el futuro de la acción cultural y la enseñanza del español, al que pronto se unirán otros, como, por ejemplo, la inauguración oficial del centro de Seúl, en Corea del Sur, en 2024, así como nuevas extensiones en África, donde nuestro idioma es uno de los más demandados”</strong>, prosiguió. “Este es un buen momento para celebrar que, en este 2023, el Instituto haya continuado con la expansión de su valiosísima red centros en el mundo”, añadió. El Rey destacó también <strong>“la transformación digital que está experimentando el propio Instituto”,</strong> una revolución que “está teniendo ya un fuerte impacto en el lenguaje” y supone un desafío “de enorme trascendencia para la institución y para la sociedad”. Felipe VI concluyó con un brindis “por los 32 años de éxito del Instituto Cervantes, velando por nuestra lengua, por la riqueza del español, por nuestro valioso patrimonio común”. La sesión del Patronato -que este año se ha retrasado respecto a las fechas habituales, en vísperas de la Fiesta Nacional del 12 de octubre- comenzó con el discurso del <strong>director del Instituto, Luis García Montero</strong>, en el que resumió el balance, no solo del último año académico, sino de la última legislatura, aprovechando que acaba de comenzar la nueva. Entre otras cifras, García Montero destacó que las transferencias del Estado han pasado de 66,3 millones (en 2018) a 80,9 millones (este año), y que <strong>los ingresos propios (por matrículas, certificación lingüística y actividades culturales) por primera vez superarán los obtenidos antes de la pandemia</strong>. También aumentó la plantilla de 937 (en 2019) a 951 trabajadores, un cambio de tendencia si se compra con 2012, cuando había 1.126 empleados, y los años sucesivos, en que este número siguió bajando. “Se ha doblado la curva de deterioro de la institución”, declaró el director en un encuentro previo con periodistas, ante quienes reclamó “más inversiones en cultura” para que deje de ser “la hermana pobre”, porque “invertir en cultura no es crear clientelismo”. También informó a los patronos sobre la <strong>“profunda transformación digital”</strong> puesta en marcha gracias a los Fondos de Recuperación europeos (se han ejecutado o están en ejecución más de 20 millones de euros), el aumento de actividades relacionadas con las lenguas cooficiales y su cultura un 34 por ciento este año (un 225 por ciento respecto a 2019), o la mencionada expansión de centros, aulas y otras entidades menores por el mundo, “después de una parálisis de más de diez años”. García Montero cerró su intervención con los cinco objetivos para el trienio 2024-2026: tener más relevancia en la diplomacia cultural española, favorecer la presencia del español, incrementar la red de centros, mejorar la oferta de productos y servicios, y reforzar la estructura organizativa y de recursos humanos. <h5><strong>Premio Ñ</strong></h5> Antes de comenzar la reunión, <strong>Felipe VI entregó el Premio Ñ 2023 del Instituto Cervantes al hispanista Dieter Ingenschay </strong>(1948), destacado difusor de la cultura española en Alemania, catedrático emérito de Literaturas Hispánicas en la Universidad Humboldt de Berlín y exprofesor titular de Filología Románica en la Universidad de Múnich. Ingenschay, quien presidió la Asociación Alemana de Hispanistas (1998-2003) y ha investigado y escrito sobre las literaturas hispánicas, declaró su alegría por “recibir hoy aquí la estatuilla de la letra eñe, el más alto honor que se puede conceder a un hispanista extranjero”. El premio, agregó, “debe entenderse como galardón del hispanismo alemán en su conjunto, de un hispanismo en el extranjero que se dedica en su investigación y docencia desde los márgenes a la creatividad desbordante de la cultura de España y su ejemplar diversidad”.