<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, comparecerá mañana, 5 de diciembre, ante el pleno del Congreso de los Diputados para informar sobre la guerra de Gaza, a petición del PP y en medio de la fuerte crisis diplomática que atraviesan las relaciones entre España e Israel a causa de varias declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no han gustado nada al Ejecutivo de Benjamin Netanyahu.</strong></h4> <strong>La comparecencia de Albares se producirá casi dos meses después del comienzo del conflicto en Oriente Próximo.</strong> En un principio, el PP pidió la intervención del ministro para que informase sobre las conclusiones del Consejo Europeo de los días 26 y 27 octubre, dedicado en gran parte a la situación en Oriente Próximo y en la que los 27 expresaron su apoyo a la conferencia internacional de paz propuesta por España para avanzar hacia la solución de dos Estados. No obstante, desde el pasado 21 de noviembre, cuando la Mesa del Congreso aprobó el calendario y la comparecencia de Albares, la situación se ha complicado mucho para el Gobierno de Sánchez, lo que hace prever una sesión particularmente tensa. Todo comenzó durante <strong>la gira que el jefe del Ejecutivo efectuó los días 22 y 23 de noviembre por Oriente Próximo</strong>, acompañado por el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, en representación de la actual Presidencia de turno del Consejo de la UE (en el caso de Sánchez) y de la próxima Presidencia de la Unión (en el caso de De Croo). En Israel, Sánchez afirmó ante <strong>Netanhyahu que “Israel tiene derecho a la autodefensa, pero debe respetar el Derecho Internacional y el Derecho Humanitario”, y advirtió, en este sentido, de que la respuesta de Israel está siendo “desproporcionada” y que “la lucha contra el terrorismo no puede hacerse solo con la fuerza”.</strong> “El número de palestinos muertos es realmente insoportable. Debe distinguirse claramente entre objetivos militares y la protección de los civiles”, aseveró Pedro Sánchez durante el encuentro. No obstante, <strong>el momento más tenso se produjo al día siguiente, cuando Sánchez y De Croo viajaron a Egipto y el presidente de Gobierno defendió, en el paso de Rafah, “un alto el fuego duradero” en la Franja de Gaza.</strong> Como consecuencia de ello, <strong>el ministro de Exteriores de Israel, Eli Cohen, convocó al día siguiente a la embajadora de España en Tel Aviv, Ana Sálomon, después de acusar de Pedro Sánchez de “apoyar el terrorismo”. </strong>En respuesta a ello, <strong>José Manuel Albares convocó a la embajadora de Israel en Madrid, Rodica Radian-Gordon, a la que advirtió de que “las palabras completamente falsas que dirigió el Gobierno de Israel hacia Pedro Sánchez son inaceptables para nosotros y no pueden volver a producirse nunca”.</strong> Para complicar más las cosas, solo un día después de la convocatoria de Sálomon, <strong>Hamás emitió un comunicado en el que agradeció la postura “clara y audaz” de Pedro Sánchez</strong>, “quien condenó la muerte indiscriminada de civiles en la Franja de Gaza por parte del régimen ocupante y apuntó la posibilidad de que su país tomara la decisión unilateral de reconocer el Estado palestino si la Unión Europa no asume este paso”. Tras el comunicado, Eli Cohen calificó de “vergonzosas e indecorosas” las felicitaciones de Hamás a Sánchez y advirtió, a través de la red social X: “No olvidaremos quién está con nosotros en este momento y quién apoya a una organización terrorista asesina que tiene a más de 200 rehenes”. Tras la mutua convocatoria de las dos embajadoras, <strong>el propio Albares dio por zanjado el conflicto diplomático el pasado 28 de noviembre e incluso se reunió al día siguiente con Eli Cohen</strong> en Skopje, capital de Macedonia del Norte (con motivo de la celebración de la reunión de ministros de Exteriores de la OSCE), para trasladarle el deseo de España de “mantener las buenas relaciones que tenemos con Israel” e incluso invitar a su colega israelí a visitar España. <strong>No obstante, cuando todo parecía encarrilado, la situación volvió a complicarse ese mismo día a causa de unas nuevas declaraciones de Pedro Sánchez, en este caso en Televisión Española</strong>, en las que reiteró que el Gobierno español ha condenado, “desde el primer momento”, los “deleznables” atentados de Hamás, pero precisó, “con la misma convicción”, que “Israel que tiene que sostener sus acciones en base al Derecho Internacional Humanitario” y que tenía “francas dudas” de que lo esté haciendo. <strong>Estas palabras causaron la indignación de Netanyahu, que inmediatamente después llamó a consultas a su embajadora en España, una decisión israelí inédita con un país occidental</strong>. En un intento por reconducir la situación, Sánchez mantuvo este pasado viernes una conversación telefónica con el ministro israelí de Defensa, Benny Gantz -en lugar de con el primer ministro, Bentamin Netanyahu, que hubiera sido lo más lógico-, para asegurarle que “Israel es un socio y un amigo de España”. Por tanto, este es el escenario que se va a encontrar mañana el Congreso, que hace esperar una sesión particularmente tensa. El pasado fin de semana, <strong>el líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo, acusó a Sánchez de haber viajado a Israel “para sembrar la discordia”</strong> y denunció que, con sus declaraciones, ha “resentido gravemente la política exterior de España”. La actuación de Sánchez, declaró, “ha sido un error tanto en el momento, como en el lugar, como en las formas, como en el contenido”. La diplomacia no es viajar a un país “en nombre y representación del presidente de turno de la Unión Europea para apartarse de la mayoría de los países de la Unión Europea y de la OTAN”, añadió.