The Diplomat
El embajador japonés en España, Takahiro Nakamae, subrayó en una conferencia pronunciada en la Fundación Ortega-Maranón y organizada por la Asociación de Política Exterior Española (APEE), que la estabilidad en el Estrecho de Taiwán es crítica para Japón.
Tras ser presentado por el presidente de la APEE, José María Beneyto, Nakamae, que está al frente de la Embajada japonesa en Madrid desde diciembre de 2022, realizó un repaso a la política exterior y de seguridad de su país en el marco de los nuevos desafíos globales.
Así, se detuvo en las implicaciones de la invasión de Ucrania por Rusia, y la alianza que mantiene ese país con China, una de las grandes preocupaciones actuales de las autoridades niponas. Nakamae considera que Moscú está pisoteando el derecho internacional y sacudiendo los cimientos del orden mundial, y recuerda que ha amenazado con el uso de armas nucleares, 79 años después que ese uso fuera una realidad.
En esta línea, el embajador advirtió de que algunos países emergentes, entre ellos China, están desarrollando con gran rapidez y poca transparencia sus fuerzas militares. Puso de relieve la preocupación de Japón por lo que considera expansionismo del régimen de Pekín en el mar de China Meridional, entre otras cosas con la construcción de fortificaciones en islotes artificiales.
Según Nakamae, el expansionismo chino se realiza a través de dos líneas de defensa anti-acceso y el establecimiento de un área de denegación de enemigos. Esas líneas -indicó- están precisamente sobre Japón, Taiwán e incluso llegan hasta Guam, una isla estadounidense con importante presencia militar.
Para el embajador, China está realizando un “desafío estratégico de una escala sin precedentes”, que, en su opinión, no solo amenaza la estabilidad regional, sino que también pone en peligro la libertad de navegación, que es un principio esencial del derecho internacional marítimo.
Utilizando un gráfico, el embajador se refirió a la reclamación por China de las islas Senkaku “que -recordó- pertenecen a Japón y están muy cerca de Taiwán» y al gran aumento experimentado desde 2012 de la intrusión de la Armada y pesqueros de China en las aguas territoriales niponas.
Ante esa actitud, Nakamae dijo que Japón ha adoptado una nueva política de defensa que se adhiere a la doctrina de una Indo-Pacífico libre y abierto. Y subrayó que “la estabilidad y la libre navegación en el estrecho de Taiwán es de interés crítico para Japón». Además, enfatizó que la isla depende en un 90 % de la importación de petróleo del Medio Oriente por lo que «cada vez hay más conciencia en la opinión pública de Japón que si pasa algo en Taiwán no nos podemos quedar sin hacer nada».
El embajador aseguró que Japón y Taiwán se ayudan mutuamente, aunque reconoció que en la zona no hay un mecanismo semejante a la OTAN, sino simplemente acuerdos bilaterales de Defensa y esquemas de diálogo cuatrilateral como el Quad entre Estados Unidos, Japón, Australia e India.
En cualquier caso, Takahiro Nakamae insistió en que a nadie le interesa una escalada del conflicto en la región y abogó por “seguir dialogando e instando a que Pekín actúe acorde a sus responsabilidades internacionales», entre otras razones por los estrechos lazos económicos que hay entre Japón y China, que es el principal socio comercial del país nipón. Por eso, señaló que un “desacoplamiento” total de China no es una opción viable para Japón.
El embajador reiteró que el diálogo y la cooperación son esenciales para gestionar los desafíos comunes y promover la estabilidad en la región, además de para abordar problemas globales como el cambio climático o la gestión de recursos naturales.
Asimismo, Nakamae trató en su discurso, sobre la importancia de la seguridad económica, subrayando que, en el contexto actual, es tan crucial como la seguridad militar, por lo que resulta necesario contar con una industria de defensa robusta.
Concluyó su intervención, reafirmando el compromiso de Japón con un orden marítimo libre y abierto, concebido como un bien común global. Y señaló que este concepto, desarrollado por Japón hace aproximadamente ocho años, sigue siendo una piedra angular de su política exterior y de defensa.