The Diplomat
El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, amenazó ayer a España con el cierre de su Consulado General en Jerusalén si el Gobierno español no acata su prohibición de no mantener contactos con los palestinos a partir del 1 de junio.
En su cuenta de la red social X, Katz respondió así a la petición formal hecha por el Ejecutivo de Pedro Sánchez de que se revierta la decisión adoptada días atrás por el Ministerio israelí de Exteriores de prohibir al Consulado “dar servicio a residentes en la Autoridad Palestina ni llevar a cabo funciones consulares o de otro tipo fuera del distrito de Jerusalén, sin consentimiento previo por escrito del Ministerio».
El Gobierno español había enviado una nota verbal al israelí pidiendo la reversión de esa decisión y haciendo hincapié en que «el estatuto de nuestras misiones diplomáticas y consulares debe ser respetado bajo cualquier circunstancia como hace España siempre», según fuentes diplomáticas, que agregaron que las normas y costumbres diplomáticas son vinculantes para todos.
La respuesta llegó a través del ministro Katz, quien señaló que «cualquier conexión entre el Consulado español en Jerusalén y personas en la Autoridad Palestina supone una amenaza para la seguridad nacional de Israel y estará completamente prohibida».
Y tras afirmar que su Gobierno «cumplirá estrictamente» con las directrices que él ha dado y aseguró que «si se producen violaciones, se adoptarán medidas adicionales, hasta el cierre del Consulado español en Jerusalén».
Después, insistió en que Israel «no guardará silencio ante la decisión unilateral del Gobierno de Pedro Sánchez de reconocer un Estado Palestino liderado por Hamás y las declaraciones antisemitas de Yolanda Díaz para destruir Israel y reemplazarlo por un Estado palestino desde el río hasta el mar».
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, recordó en una entrevista en Onda Cero que el Consulado General en Jerusalén, encargado de las relaciones con la Autoridad Palestina, «tiene un estatuto que está garantizado por el Derecho Internacional y por la Convención de Viena».
Añadió Albares que ese estatuto «no se puede cambiar unilateralmente por parte de Israel» sino que lo que existe es una «reciprocidad» en las garantías, privilegios e inmunidades entre representaciones diplomáticas.
Las fuentes diplomáticas consultadas insistieron en que Israel debe respetar el estatuto del Consulado General en Jerusalén bajo “cualquier circunstancia” y añadieron que “las normas y costumbres diplomáticas nos vinculan a todos». “España no hace política exterior a golpe de tuit», afirmaron.