Más de cincuenta obras maestras de Monet, padre del impresionismo, procedentes del Musée Marmottan Monet de París, se exponen en CentroCentro (Plaza de Cibeles, 1) hasta el próximo 25 de febrero en la primera gran exposición antológica dedicada a Monet en Madrid en los últimos 30 años.
Esta muestra explica toda la trayectoria artística del maestro impresionista leída a través de las obras a las que más apego tenía el propio pintor, las “suyas”, las que conservó celosamente hasta la muerte en su casa de Giverny, y de las que nunca quiso separarse, entre ellas los celebérrimos y emblemáticos Nenúfares.
El Musée Marmottan Monet alberga el más importante y nutrido conjunto de obras del inconmensurable artista francés, fruto de la generosa donación que realizó su hijo Michel en 1966.
Para la exposición de Madrid, el museo prestará obras tan excepcionales como Retrato de Michel Monet con gorro de pompón (1880), El tren en la nieve. La locomotora (1875) o Londres. El Parlamento. Reflejos en el Támesis (1905), junto con cuadros de gran formato como sus cautivadores Nenúfares (1917-1920) y sus evanescentes Glicinas (1919-1920).
El recorrido de la exposición se centra en las distintas etapas de las investigaciones de Monet, desde sus inicios en las costas normandas hasta su última obra, los Nenúfares, pintados en su propiedad de Giverny, pasando por sus viajes a Holanda, Noruega y Londres. Destacar que la mayoría de los cuadros expuestos forman parte de la herencia directa de Claude Monet. Se trata de las obras que Monet guardó en su estudio, en la casa familiar de Giverny, hasta su muerte en 1926.