The Diplomat. Madrid
El diplomático Ignacio Rupérez Rubio, que fue embajador de España en Irak y en Honduras, falleció el pasado día 24, en Madrid, tras una larga enfermedad. Licenciado en Derecho y periodista, había cumplido hace poco más de dos meses 70 años, la edad prevista para la jubilación de los diplomáticos.
Ignacio Rupérez comenzó trabajando como periodista en diversos medios de comunicación, entre ellos ABC y El País, hasta que en 1980 encaminó sus pasos hacia la diplomacia, que ya ejercía entonces su hermano, Javier.
Su primer destino en el extranjero fue Egipto, desde donde, en 1986, pasó a Israel, sólo unos meses después de que ese país y España hubieran establecido relaciones diplomáticas. Entre 1989 y 1992 estuvo destinado en Cuba, donde vivió la entrada en la Embajada española de un elevado número de disidentes anticastristas, lo que provocó una de las crisis más serias entre Madrid y La Habana.
En 1992 fue enviado como “número dos” a la Embajada en Kiev, cuando Ucrania daba sus primeros pasos como Estado independiente, tras el derrumbe de la Unión Soviética.
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Fue el primer embajador en Bagdad tras el derrocamiento de Sadam Hussein
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En 1997, el Gobierno de José María Aznar le destinó a Irak, de donde España, como la mayoría de la comunidad internacional había retirado el embajador a raíz de la Primera Guerra del Golfo. Rupérez permaneció en Bagdad como encargado de Negocios hasta el año 2000 y volvería después al país en 2005, una vez derrocado Sadam Hussein, ya como embajador, nombrado por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.
Se convirtió, así, en el primer embajador español en Irak en catorce años y fruto de su experiencia profesional fue el libro “Daños Colaterales”, en el que no ocultó su discrepancia con la guerra lanzada por George W. Bush.
En el tiempo que medio entre sus dos destinos en Irak, ocupó varios puestos en Madrid, entre ellos el de vicepresidente del Comité Hispano-norteamericano.
En 2009, fu nombrado embajador en Honduras, pero poco antes de llegar a Tegucigalpa, se produjo el golpe de Estado contra el presidente, Manuel Zelaya. Como el Gobierno español denunció la operación, a Rupérez se le impidió el acceso a Honduras y hubo de permanecer catorce meses en El Salvador hasta que, finalmente, la situación se estabilizó.
En los últimos años tuvo diferentes puestos en España, incluido el de embajador en Misión Especial encargado de las Relaciones con las Comunidades y Organizaciones Musulmanas en el Exterior.