<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El alcalde de Algeciras y senador por el PP, José Ignacio Landaluce, ha provocado las iras del ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, al pedir que el Gobierno del Peñón «cambie de actitud, si quiere buscar un futuro en común» con la comarca gaditana del Campo de Gibraltar</strong>.</h4> Las declaraciones de Landaluce se producen <strong>tras la protesta gibraltareña por la actuación de una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) español,</strong> en aguas de la Bahía de Algeciras el pasado lunes, cuando trató de identificar a un barco que navegaba sin luces ni el sistema de identificación automático (AIS) activado. Se trata de un buque auxiliar del puerto de Gibraltar, el ‘Ultimate Predator’, que emprendió la huida y fue finalmente interceptado por los agentes españoles. El Gobierno de Gibraltar condenó los hechos y <a href="https://thediplomatinspain.com/2023/08/gibraltar-acusa-a-agentes-espanoles-de-perseguir-ilegalmente-a-un-buque-del-penon/" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>consideró «inaceptable» que el Servicio de Vigilancia Aduanera persiguiera a una lancha de bandera británica.</strong></a> Landaluce, en sus declaraciones, se limitaba a <strong>pedir al Gobierno de Picardo «que cambie de actitud si quiere buscar un futuro en común que beneficie a todo el área del Campo de Gibraltar y Gibraltar»</strong>. Y añadía que las aguas que rodean el Peñón son españolas: «No son de ellos, ni mucho menos. Nunca fueron cedidas, nunca se recogió en el Tratado de Utrecht y nunca se van a reconocer por parte española, porque son aguas españolas, no en litigio, sino claramente propiedad de España». A pesar de ello, el <strong>gobierno gibraltareño ha respondido con “indignación”</strong> en un comunicado en el que recoge una larga respuesta de Picardo. El ministro principal califica las declaraciones de Landaluce como “tan erróneas como indignantes” e<strong> insiste en que “las aguas que rodean Gibraltar son exclusivamente británicas”</strong>, mencionando para ello la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Precisamente, España presentó en su momento una reserva diplomática respecto a esta convención que, según Picardo, no tiene ningún efecto.