James Costos izando la bandera arcoiris en la Embajada en Madrid./ Foto: Embajada de EEUU.
The Diplomat. Madrid
Cuando el embajador de Estados Unidos James Costos llegó a Madrid en 2013 dejó claro que quería centrarse en la «diplomacia pública»; dos años después, el diario digital ‘The Huffington Post’ dedica un reportaje a quien, junto a su pareja, cambió el concepto de embajador estadounidense.
«Nos recibieron muy bien», asegura Costos a The Huffington Post. «Nos abrieron sus brazos y nos dieron la bienvenida como a cualquier otro embajador». Así habla Costos de su llegada junto a su pareja, Michael Smith, a Madrid, donde convirtieron la de Estados Unidos en una de las primeras embajadas en albergar a un embajador homosexual. Pese a que más del 90% de la población española es católica, el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal desde hace una década y las fiestas del Orgullo Gay de la capital española se han convertido en uno de los eventos más grandes del mundo.
Smith, reconocido decorador de interiores, trabaja en Los Ángeles y viaja a nuestro país una semana al mes. Aunque es poco habitual que la pareja de un embajador tenga una carrera en toda regla y no viva a tiempo completo en la Embajada donde su pareja ha sido destinada, las palabras que Smith dedica al diario hacen hincapié en cómo ha cambiado el concepto de embajador.
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El 90% de la población española es católica, pero el matrimonio gay es legal desde 2005
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«El papel del diplomático tradicional y su esposa han cambiado mucho», asegura. «Creo que ha cambiado la percepción de las parejas en general», añade, antes de explicar que juntos han «derribado un muro en un escalón superior». Tras seis meses en su puesto, el embajador Costos comenzó a reunirse con la comunidad LGTB y a celebrar mesas redondas sobre qué supone ser gay en el espacio de trabajo. Según explica The Huffington Post, muchos españoles se dirigieron a Costos para decirle lo abierto que es el país y lo felices que estaban de vivir en un país con igualdad de matrimonio.
Sin embargo, Costos sabe que aún quedan restos de homofobia y que es necesario seguir hablando de este tema. «Puedes tener todas las leyes y establecida una protección, ¿pero cómo se deshace uno de la homofobia? Esto es algo con lo que Estados Unidos aún tiene que luchar».