<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <strong>El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, dijo ayer durante una intervención en Casa América que arreglaría sus diferencias con México, si este país respeta el principio de no intervención, en alusión al conflicto abierto entre los dos países, después de que la Policía ecuatoriana entrara el 5 de abril en la Embajada mexicana en Quito para detener al ex vicepresidente de Ecuador Jorge Glas, que se había refugiado en ella.</strong> Noboa, que realiza una nueva visita a España dentro de una gira por varias capitales europeas, analizó en la <em>Tribuna Efe</em>, en una conversación con el presidente de la agencia, Miguel Ángel Oliver, los seis primeros meses de su mandato. El mandatario ecuatoriano dijo que ha sido un periodo “muy intenso” y aseguró que ha conseguido “mejorar significativamente” algunos de los problemas del país. “En esta segunda etapa debemos de ejecutar obra, debemos enseñarles a los ecuatorianos que el esfuerzo y el sacrificio que hicieron los primeros seis meses y el esfuerzo que hizo el Gobierno en la parte fiscal también, ahora se van a ver los frutos”, afirmó. Según el presidente ecuatoriano, <strong>México contravino los tratados internacionales al alojar en su Embajada en Quito a Jorge Glas.</strong> El asalto a la representación diplomática llevó a México a romper relaciones con Ecuador y a acudir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para pedir medidas cautelares contra el país, a cuyo gobierno acusa de violar la Convención de Viena. Ayer Noboa subrayó que México tenía de huésped “a una persona que estaba cumpliendo no una, dos condenas de gobiernos pasados, no del mío, y era en ese momento un prófugo de la Justicia”. “Nosotros -dijo- respetamos los diferentes poderes del Estado, y el Poder Judicial tiene su independencia. Si él es condenado, si él es sentenciado, nosotros tenemos que acatar eso. Eso es un sistema democrático y un sistema que respeta el Derecho internacional”. El mandatario ecuatoriano señaló que<strong> la Convención de Viena también “habla de que no debería de haber intervención (de los países) en asuntos judiciales”</strong>. Y prosiguió: “Le doy un ejemplo: el sentenciado por corrupción por hacerle daño a muchos ecuatorianos (Glas), estaba cumpliendo una sentencia con medidas sustitutivas, estaba en la cárcel, de la cárcel lo mandan a arresto domiciliario para presentarse una vez a la semana”. “Es como si alguien está en la cárcel, se escapa de la cárcel y entra corriendo a una embajada. Dejaríamos un pésimo precedente, si es que cedemos ante eso, el día de mañana otra nación puede decir, mira, se te escaparon 100 personas de la cárcel y se metieron a nuestra embajada, súbelos en un avión, llévalos a otro país. No podemos hacer eso”, indicó. Noboa aventuró sobre lo sucedido: <strong>“Creo que va a ser un punto y aparte histórico en cómo no se puede usar embajadas para solapar cualquier tipo de criminalidad internacional”.</strong> <h5><strong>Temor a un atentado</strong></h5> Por otra parte, al ser preguntado sobre la repercusión política a nivel mundial del intento de magnicidio del primer ministro eslovaco, Robert Fico, el pasado miércoles, el presidente ecuatoriano reconoció que todas las noches trata “de conciliar el sueño pensando que siempre existe” la posibilidad de sufrir un atentado, lo que supone, dijo, <strong>“una carga dura para la familia, para mí como gobernante”.</strong> “Es algo a lo que siempre estuve dispuesto a sobrellevar, pero siempre supe que era posible”, afirmó. Recordó que el candidato Fernando Villavicencio fue asesinado en Ecuador el 9 de agosto de 2023, el último día de la primera vuelta de las elecciones presidenciales que llevaron a Noboa al poder, un hecho con el que, indicó, se vive a diario y “algo que no podemos cambiar”. Noboa <strong>diferenció además la política de seguridad de su Gobierno de la del mandatario salvadoreño, Nayib Bukele</strong>, porque -dijo- las medidas en su país están enfocadas también en el empleo, el desarrollo y el fortalecimiento humano. Noboa descartó ser un ejemplo de la mano dura contra el crimen organizado en Latinoamérica e hizo hincapié en la necesidad de abordar la seguridad también desde la educación y el empleo juvenil. “Ni yo creo serlo, ni creo que mi Gobierno se considere como algo similar a lo que está pasando en El Salvador”, afirmó el mandatario ecuatoriano, quien recordó que ya su campaña electoral se centró, en todo caso, en el “empleo con seguridad”. A la inseguridad, dijo, “no solo se le confronta con rifles, granadas o cañones, sino dándole oportunidad a las personas y a los jóvenes que no tenían nada y que terminaron en esos grupos narcoterroristas”.