RESUMEN
Reforzar la integración de los mercados europeos de la energía, las telecomunicaciones y las finanzas es la recomendación que plantea el ex primer ministro italiano Enrico Letta en su informe ‘Mucho más que un mercado’. La nueva legislatura europea, que se abre en los próximos meses, será fundamental para impulsar esas reformas, así como las contenidas en el ‘Informe Draghi’ sobre Competencia, que se presentará en julio. Ambos constituyen, o así lo parece, un verdadero proyecto de gobierno para la UE.
Enrique Viguera
De vez en cuando los jefes de Estado y de Gobierno, la Comisión Europea o el propio Parlamento Europeo encargan la realización de un informe a una destacada personalidad política o a un experto de reconocido prestigio sobre algún aspecto concreto de la realidad comunitaria a fin de contar con una visión crítica del momento y tener mejor criterio sobre por dónde debe avanzar Europa. Normalmente dicha personalidad coordina el Informe que se elabora por un conjunto de expertos.
En realidad, casi todos los grandes logros de la integración europea han sido el resultado de las visiones de destacados políticos que han realizado propuestas concretas en informes, aunque normalmente no suelen ser tan originales, dado que muchas de estas ideas provienen de fuentes diversas, incluyendo las propias instituciones. Sin embargo, el prestigio y la autoridad de su autor multiplican su publicidad e impacto político.
Sin remontarnos a los inicios de la integración, en donde encontramos a Schuman, Monnet o Spaak —capitales en la creación de la CECA y la CEE—, son muy conocidos el ‘Informe Werner’ (1970), ex primer ministro de Luxemburgo, proponiendo la UEM y la moneda única, aunque no llegaría a implementarse de manera inmediata; el ‘Informe Cechini’ (1988), fundamental para la creación del Mercado Único; los informes de Delors (1989, 1993 y 1995), expresidente de la Comisión, sobre la UEM, el BCE, el Euro y el futuro de la UE o el mismo ‘Informe Westendorp’ (2002), por mencionar a un español, sobre la política de vecindad.
Pero se han escrito decenas de informes de este tipo desde la creación de las Comunidades Europeas hasta la fecha, algunos de los cuales han pasado a la historia comunitaria sin pena ni gloria a la hora de aplicar sus recomendaciones, al plantear, por ejemplo, cuestiones polémicas sin el suficiente consenso entre los Estados miembros, como el ‘Informe Sapir’ de 2003 o propuestas demasiado ambiciosas, como el ‘Informe Bolkestein’ (2004) sobre liberalización de servicios.
Nos llega ahora el informe elaborado por el ex primer ministro italiano Enrico Letta, que fue presentado y discutido hace unas semanas en el mismo Consejo Europeo, denominado ‘Mucho más que un mercado’, en donde destaca el papel central en el proyecto de integración europeo del mercado interior y sus necesidades de reforma. Resumidamente se aboga por una mayor integración en los sectores que se dejaron deliberadamente al margen del proceso comunitario al ser de carácter estratégico: la energía, las telecomunicaciones, las finanzas (y la defensa).
En esencia, el ‘Informe Letta’ podría considerarse una continuación del informe de Mario Monti de 2010, en donde también se abogaba sobre todo por reforzar la integración en los tres primeros ámbitos. De manera que llueve sobre mojado y las nuevas propuestas de Letta en esta dirección, más adaptadas al momento presente, no hacen sino corroborar las necesidades perentorias de reforma de algunos aspectos del Mercado Interior que ya se planteaban, en gran medida, hace dos lustros.
Dentro de poco, en julio, se publicará un nuevo informe, este de Mario Draghi, ex presidente del BCE y también ex primer ministro italiano, sobre competencia, del que solo conocemos un resumen de su contenido, desvelado por su propio autor en una conferencia pronunciada recientemente en Bruselas, pero que aún no ha visto la luz. Resulta curiosa esta coincidencia de tres ex primeros ministros de Italia —los tres suenan como candidatos para suceder al belga Louis Michel como presidente del Consejo Europeo— en insistir en la necesidad de reformas en el Mercado Interior de la UE. La nueva legislatura europea que se abre en los próximos meses será fundamental para empujar algunos de estos asuntos fundamentales de la integración europea y en este sentido, da la impresión de que dichos Informes constituyen todo un catálogo de intenciones, un verdadero proyecto de gobierno.
Según Letta, el Mercado Interior es el más importante logro de la UE y se trata de una consecución no simplemente técnica, sino política. Pero el mundo ha cambiado y el Mercado Único debe ser adaptado a la nueva realidad. Es preciso seguir impulsándolo porque la inacción le hace perder fuerza. Al no aplicarse en todos los sectores, la fragmentación se está consolidando y resultan más difíciles las reformas. La complejidad del sistema jurídico se ha incrementado con 27 Estados miembros y la convergencia de legislaciones nacionales o el reconocimiento mutuo son mecanismos demasiado lentos o insuficientes para beneficiarse de las economías de escala. Es preciso reafirmar el principio de ‘no regresión’ en el Mercado Interior, mejorando los procedimientos para hacer respetar sus normas. Se precisa la máxima armonización, unida al principio del reconocimiento mutuo, y el uso del Reglamento de manera preferente.
Hay recomendaciones al gusto de todos: algunas parecen alinearse, en gran medida, con las propuestas del propio sector, como en telecomunicaciones; otras son muy actuales, surgidas tras la invasión rusa de Ucrania, que ya se están empezando a aplicar, como las referidas al campo de la defensa, como un incremento del apoyo presupuestario comunitario en materia de defensa (I+D, compras comunes, etc) y crear un mercado común para la industria de defensa. Pero también las hay más polémicas, como la creación de un fondo para compensar los efectos de la ampliación.
Me han interesado especialmente las reformas que propone en el sector energético, sector relativamente menos integrado —aunque haya habido bastante cooperación generada en parte para gestionar la respuesta europea al cambio climático, a la transición energética y a la independencia energética de Rusia— dadas las suspicacias de los estados miembros de dejar en manos ajenas las cuestiones más relacionadas con su soberanía, como es la energía. A este respecto, Letta, sin querer afectar al derecho soberano de cada estado a elegir su propio ‘mix’ energético, cree que resulta necesario y posible adoptar una visión más estratégica, poniendo en marcha medidas de integración que permitan un sistema energético europeo más seguro y duradero. Entre las medidas que propone están: incrementar considerablemente las interconexiones por medio del presupuesto comunitario, incluso creando un nuevo fondo —por cierto es algo sobre lo que se viene hablando y tratando en la UE durante décadas y en lo que Draghi también insiste mucho—; crear en 2027 una agencia de suministro de energía limpia, que podría gestionar los programas de incentivos e inversiones fomentando las interconexiones y, en general, guiar la transición de Europa hacia las cero emisiones netas; establecer en 2027 un fondo de implementación de energía limpia para facilitar las inversiones en tecnologías ‘cero neto’. En fin, no le falta razón al advertir que mantener el liderazgo mundial en el cambio climático, llevar a cabo la gestión de los cambios de suministros requeridos o la entrada en vigor del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) va a requerir un gran esfuerzo diplomático con muchos de los países de nuestro entorno, incluyendo el continente africano.
ENRIQUE VIGUERA
Embajador de España
Nacido el 6 de abril de 1953, Enrique Viguera es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla e ingresó en la Carrera Diplomática en 1982. Estuvo destinado en Etiopía y Canadá y fue subdirector general de África Subsahariana, pero buena parte de su carrera la ha desarrollado en puestos relacionados con la Unión Europea. Así, estuvo destinado como consejero en la Representación permanente de España en Bruselas, fue subdirector General de Asuntos Generales para la UE y, posteriormente, entre 2004 y 2006 director general de Coordinación de Asuntos Generales y Técnicos de la UE y director general de Integración y Coordinación de Asuntos Generales y Económicos de la UE.
También ha sido embajador de España en Suecia (2006-2010), en Australia (2011-2015) y en Grecia (2017-2021), así como embajador en Misión Especial para Asuntos Energéticos. Entre 2015 y 2017 fue director de la Escuela Diplomática y, en febrero de 2023 fue ascendido a la categoría profesional de embajador.