Siempre puede haber dos o más puntos de vista sobre un mismo hecho. Y uno estará equivocado. Es lo que le pasó al embajador de Francia en aquel momento, el conde Antoine de Laforest, quien hizo una lectura demasiado triunfalista de la “victoria de magno tamaño” de sus tropas sobre el levantamiento de Madrid el 2 de mayo de 1808. El conde llegó a decir que “el partido de Fernando ha sido completamente derrotado”. Lo paradójico es que, en 1813, Laforest fue el encargado de negociar la restauración en el trono del “derrotado” Fernando VII.