Alba Córcoles
El fundador y presidente de la Cámara de Comercio e Industria España-Israel, Gil Gidron, considera que “la guerra en Gaza habrá costado 230 billones de euros para finales de 2025”, momento en el que espera que haya terminado.
Gidron, que participó en un debate con el título “El Día Después: Preguntas y Respuestas”, organizado por la organización sin ánimo de lucro Keren Hayesod, el principal brazo de recaudación de fondos para la comunidad judía, manifestó que “el coste diario del conflicto es de 270 millones de euros, pero Israel funciona muy bien bajo estrés y se recupera muy positivamente”.
El diálogo, que se desarrolló en el auditorio del despacho Pérez-Llorca, fue moderado por el ex diputado del PSOE Juan Moscoso del Prado, economista, consultor financiero y experto en relaciones económicas internacionales. Y contó con la participación de Gidron, de Juan Carlos Girauta, abogado, periodista y ex dirigente de Ciudadanos; de Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel para la prensa internacional hispanoparlante; de Mercedes Levy, psicoterapeuta; y de Pilar Rahola, periodista y analista en medios de comunicación.
En el debate se analizó el futuro de Israel tras la guerra, sobre la que Roni Kaplan, apuntó que “es una campaña larga a la que le puede quedar un año o dos”.
El encuentro repasó temas sensibles para la población judía como “la continuidad de clichés, judeofobia y antisemitismo aún latente en la comunidad internacional”, opinó Girauta; o “la plausible sintomatología por estrés post-traumático en la población israelí”, puntualizó Levy.
Desde el punto de vista del capitán israelí Roni Kaplan, su objetivo principal es la lucha contra el terror. “Debido a ciertas características como el tamaño del país o los costes que supone, Israel suele preferir librar guerras cortas”, explicó el militar. Sin embargo, destacó que en este caso, “Israel debe ser capaz de combatir cualquier tipo de amenaza terrorista emanando del territorio de la Franja, lleve el tiempo que lleve”. Ante ello, admitió que no se plantea conceder ningún alto el fuego sin la rendición incondicional de Hamás, justificando que “no solo tenemos el derecho de acabar con Hamás, también tenemos el deber de hacerlo”.
Por su parte, Gil Gidrón destacó como uno de los principales retos para la recuperación de la economía israelí la pérdida de mano de obra primaria para actividades como la construcción, vertebrada mayoritariamente por palestinos. Para cerrar la sesión, Rahola advirtió de que “el atentado de Moscú puede haber sido el bautismo de vuelta del terrorismo en Europa”.