<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Ejército de Israel ha asegurado que el ataque que el pasado lunes costó la vida a siete cooperantes del convoy humanitario de World Central Kitchen (WCK), la ONG del chef español José Andrés, se debió a un “grave error de identificación” y ha ordenado el cese de dos comandantes implicados en el ataque. La ONG ha reclamado una “comisión independiente” de investigación porque Israel “no es creíble”.</strong></h4> De acuerdo con la investigación, efectuada por el Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos (el organismo encargado de valorar la posible responsabilidad criminal en los actos de combate, al mando del general Yoav Har Even) y hecha pública ayer por el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, <strong>el Ejército de Israel cometió “un grave error de identificación” con los siete cooperantes, a los que confundió con “pistoleros” de Hamás. </strong> Los tres vehículos acababan de descargar ayuda alimentaria en un almacén en Deir al Balah y fueron atacados en el momento en que salían del lugar después de que “uno de los comandantes” creyese “erróneamente” que en su interior viajaban “dos terroristas de Hamás”. El ataque, concluye el informe, fue efectuado mediante el disparo de tres misiles desde un dron, a pesar de que el convoy iba “perfectamente identificado”, lo que supone “una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar de las fuerzas armadas de Israel”. “El incidente no debería haber ocurrido”, añade. En consecuencia, <strong>Herzi Halevi ha ordenado el cese del comandante de apoyo de fuego de la brigada</strong>, un oficial con rango de mayor; y del jefe de la brigada, un coronel en la reserva, y la amonestación de los comandantes de la brigada y de la 162 división, que opera en el centro de la Franja. <strong>Los fallecidos</strong> en el ataque fueron el palestino Saifeddin Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby. <strong>WCK no ha quedado nada convencida con la versión israelí y ha exigido la creación de una “comisión independiente que investigue los asesinatos de nuestros compañeros” por considerar que las Fuerzas Armadas israelíes “no pueden investigar de forma creíble su propio fracaso en Gaza”.</strong> “Sus disculpas por el atroz asesinato de nuestros colegas representan un frío consuelo”, declaró Erin Gore, directora ejecutiva de la WCK. “Israel debe tomar medidas concretas para garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios”, añadió. El pasado jueves, <a href="https://thediplomatinspain.com/2024/04/sanchez-apoyara-el-ingreso-de-palestina-en-la-onu-y-pide-el-reconocimiento-arabe-de-israel/" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez</strong></a>, calificó de “insuficientes e inaceptables” las “supuestas” explicaciones del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu (en las que aseguró que el ataque perpetrado por un dron israelí no fue “intencionado”), y reclamó “una aclaración mucho más pormenorizada, mucho más detallada de cuáles han sido las causas, el porqué de este bombardeo, teniendo en cuenta además que, por lo que se conoce hasta ahora, el Gobierno israelí sabía de la acción y del itinerario de esta ONG sobre el terreno en Gaza”. <strong>“A partir de ahí, veremos qué acciones tomamos respecto al Gobierno del primer ministro Netanyahu”</strong>, advirtió. El propio Netanyahu mantuvo esta semana una tensa conversación con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien le amenazó con retirar el apoyo de su país a Israel si no mejoraba la situación humanitaria en la Franja y hacía más por proteger a los civiles. En respuesta, Israel ordenó ayer la apertura del puerto de Ashdod y del paso de Erez para permitir el flujo de ayuda directamente hacia el norte de Gaza y que se incrementen significativamente las entregas desde Jordania a través del paso de Kerem Shalom, en el sur del territorio.