<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Agnès Callamard, presentó ayer al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, la Agenda para la XV Legislatura, que incluye, en el ámbito de la acción exterior, la inclusión de los derechos humanos en “las agendas políticas de todos los encuentros bilaterales”.</strong></h4> Agnès Callamard y el director de la organización en España, Esteban Beltrán, encabezan una delegación de Amnistía Internacional que se encuentra en España desde ayer y hasta mañana miércoles para presentar <strong>la </strong><strong>Agenda para la XV Legislatura</strong>, un documento que resume las principales preocupaciones de AI en materia de derechos humanos para los próximos cuatro años, según informaron fuentes de la organización a <em>The Diplomat.</em> <strong>La delegación fue recibida ayer por José Manuel Albares (<em>The Diplomat</em> intentó recabar detalles sobre este encuentro, sin resultado) y el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska</strong>, e incluye en su agenda encuentros con la vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; el ministro de Derechos Sociales, Consumo, y Agenda 2030, Pablo Bustinduy; y el vicesecretario general del Partido Popular, Esteban González Pons. Una vez que terminen las reuniones, la delegación se dirigirá mañana a los medios de comunicación para exponer las conclusiones de la visita. En el plano más estrictamente de la acción exterior, la agenda propone <strong>“un alto compromiso político y económico con el sistema multilateral de derechos humanos”</strong>, insta a “terminar con el ‘doble rasero’ que evita tomar medidas contundentes ante crímenes de guerra o de lesa humanidad si quien los comete es un aliado estratégico” y pide el restablecimiento del principio de jurisdicción universal en España y la protección de la población civil en situaciones de conflicto “a través de la acogida de las personas refugiadas, la ayuda humanitaria o la suspensión de la venta de armas, entre otras medidas”. El documento advierte de que, <strong>“la mejor forma de reforzar la candidatura de España para volver a ser miembro del Consejo de Derechos Humanos en el periodo 2025-2027”</strong> -anunciada el pasado 26 de febrero ante la ONU por el propio Albares- “es mantener una vocación continuada e integral para impulsar avances en los foros multilaterales”. Para ello, <strong>Amnistía propone el cumplimiento de la Ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado de 2014 “de cara a recoger compromisos claros y concretos de derechos humanos en la estrategia y los planes anuales de política exterior”</strong> e insta a “contribuir activa, económica y políticamente a fortalecer el sistema universal de derechos humanos de Naciones Unidas” y a oponerse al uso del derecho de veto por parte de los Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad “ante casos o riesgo inminente de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad”. La Agenda insta también a España a <strong>“promover las acciones necesarias para asegurar la protección de la población civil en caso de conflicto, garantizando el cumplimiento del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario”, así como el “acceso sin trabas de la población civil a la ayuda humanitaria en situaciones donde se cometen crímenes de derecho internacional como, por ejemplo, en Ucrania, Territorios Palestinos Ocupados, Etiopía y Sudán”.</strong> <h5><strong>Israel y Territorios Ocupados</strong></h5> En el caso de <strong>Israel y los Territorios Palestinos Ocupados</strong>, Amnistía insta a “abordar las causas fundamentales del conflicto, lo cual incluye desmantelar el sistema de apartheid impuesto por Israel a toda la población palestina” y el levantamiento del “bloqueo ilegal” que ejerce Israel sobre Gaza desde hace 16 años, y a “reclamar el fin a los ataques ilegítimos, incluidos los ataques indiscriminados, los ataques directos contra personas y bienes civiles, tanto por parte del ejército de Israel como de los grupos armados palestinos”. Aparte, prosigue, “Hamas y otros grupos armados deben liberar a todos los rehenes israelíes”. “España debe suspender de forma permanente la venta de armas a Israel, habida cuenta de que cometen violaciones graves de derechos humanos que constituyen crímenes de derecho internacional”, advierte la Agenda. Aparte, el Gobierno de España y la Unión Europea “deben regular las actividades de empresas domiciliadas en su jurisdicción para prohibir que operen en asentamientos o comercien con ellos”. En consecuencia, “el Gobierno de España debe pedir a la empresa vasca CAF y a la catalana COMSA que abandonen sus proyectos de tren ligero en Jerusalén” y “debe pedir a la empresa E-Dreams que ponga fin a sus operaciones vinculadas a los Territorios Palestinos Ocupados”, añade. La Agenda exige también <strong>el fin de la represión “sin precedentes” en Rusia y el respeto del derecho internacional humanitario, la protección a la población civil y el fin de la agresión en Ucrania</strong> e insta a los Estados miembros de la ONU “a que se unan en la condena de los crímenes de agresión cometidos por Rusia y a que proporcionen ayuda y asistencia a la población de Ucrania, incluidas las personas que huyen del conflicto”. <h5><strong>Relaciones bilaterales</strong></h5> En otro capítulo de la Agenda, Amnistía exige que el Gobierno español se comprometa a que “los derechos humanos sean un tema de negociación prioritario en las relaciones bilaterales con otros países, con continuidad en el tiempo y resultados visibles”, un compromiso que implica <strong>“incorporar los derechos humanos en las agendas políticas de todos los encuentros bilaterales”</strong>, promover “el pleno respeto de los derechos humanos en los acuerdos y convenios firmados con otros países en materias como cooperación al desarrollo, control migratorio e inversión empresarial y realizar gestiones para “apoyar casos de víctimas y personas defensoras de los derechos humanos”. En cuanto a los casos concretos, <strong>la Agenda insta a España a promover “activamente” ante las autoridades de Marruecos “el respeto al ejercicio de la libertad de expresión, reunión y asociación pacífica, especialmente en relación al Sáhara Occidental”,</strong> lo cual “incluye revocar las leyes que penalizan actividades relacionadas con el ejercicio pacífico del derecho a la libertad de expresión, permitir la inscripción de las organizaciones independientes en el registro oficial, y poner fin a la intimidación de activistas, defensores y defensoras de derechos humanos”, y a “promover que el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) incluya un componente de vigilancia de los derechos humanos”. En cuanto a América Latina, el documento (que también incluye recomendaciones para China, Irán, Arabia Saudí, Polonia, Hungría, EEUU, Colombia y México, entre otros países) pide a España que inste a <strong>Cuba</strong> a permitir “el acceso a su territorio a los organismos internacionales de derechos humanos, entre ellos a Amnistía Internacional, y a los relatores de la ONU, para investigar de forma independiente la situación de derechos humanos en el país” , así como a poner “fin al hostigamiento, la intimidación y la persecución de activistas de derechos humanos, periodistas y disidentes políticos que ejercen su derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación”. Asimismo, pide que se presione a <strong>Venezuela</strong> para “garantizar que todas las personas, incluidas activistas de derechos humanos, pueden ejercer sus derechos humanos sin discriminación, incluidos los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica”, así como para “exigir la liberación inmediata de todas las personas detenidas arbitrariamente”. El documento advierte también <strong>contra “la política sistemática de represión del gobierno de Nicaragua </strong>para silenciar las voces disidentes y cualquier tipo de crítica” y pide que la comunidad internacional siga actuando “de manera articulada y contundente”.