<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> El Gobierno español<strong> convocó el pasado martes al embajador de China, Wu Haitao</strong>, para <strong>protestar</strong> por las nuevas <strong>medidas de control del COVID-19</strong>, adoptadas recientemente por las autoridades chinas para entrar en ese país, según supo <em>The Diplomat</em> de fuentes solventes. La protesta fue formulada al embajador por la <strong>directora general de América del Norte, Europa Oriental, Asia y Pacífico, Ana Sálomon</strong>, en cumplimiento de un acuerdo adoptado días antes por los<strong> países de la Unión Europea</strong>, después de que China diera a conocer el <strong>endurecimiento de las condiciones para viajar</strong> a ese país con el fin de evitar la llegada de personas portadoras del coronavirus. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores consultado por<em> The Diplomat</em> no confirmó que se tratara de una convocatoria formal al embajador y enmarcó el encuentro en <strong>“las reuniones que se mantienen regularmente con la Embajada</strong> para tratar asuntos relacionados con la crisis del COVID”. Y añadió: “Se aprovechó dicho encuentro para tratar el tema de las restricciones de viaje emitidas por China”. Uno de los aspectos que, al parecer, más han molestado a los europeos es que <strong>las autoridades chinas obliguen a que los niños que den positivo en el test que se realiza al llegar a China sean ingresados durante 14 días en un hospital</strong>, <strong>sin el acompañamiento de sus padres, incluso en el caso de que sean asintomáticos</strong>. Hasta ahora podían pasar la cuarentena en sus domicilios. Los miembros de la Unión Europea consideran que esta medida va e<strong>n contra de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño,</strong> y así se lo están manifestando a loe embajadores chinos en las distintas capitales europeas. China, además, ha comunicado a que <strong>los diplomáticos que lleguen al país estarán sometidos a las mismas exigencias</strong> que cualquier otro viajero y, en caso, de que deban pasar la cuarentena no podrán hacerlo ya en sus domicilios, sino en los hoteles que las autoridades chinas determinen. El Gobierno chino es uno de los más duros del mundo en cuanto a la llegada de viajeros al país. Entre las exigencias se encuentran la realización de una prueba PCR en el lugar de origen 72 horas antes de emprender el desplazamiento, cuyos resultados deben se comunicados a la Embajada china del país de origen. Un residente en Shanghai explicaba así en su cuenta de Twitter la llegada al aeropuerto: “A la gente le sacan del avión en grupos pequeños. Al poner un pie en el aeropuerto, te das cuenta de que has aterrizado en otro planeta. Absolutamente todo el personal del aeropuerto viste con traje protector, capucha y escudo facial incluidos. Al llegar a la terminal, a cada pasajero se le asigna un código QR con que posteriormente se escanea para realizar una segunda prueba de PCR. Posteriormente, en grupos pequeños los viajeros son trasladados a hoteles para hacer allí dos semanas de cuarentena. Por si os lo estáis preguntando: sí, el hotel lo paga el viajero. Y no, no lo elije él. Y sí, todo el mundo tiene que hacer cuarentena vigilada, tanto chinos como extranjeros”.