<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, respaldó ayer en Bruselas la postura de la Unión Europea de rechazo a las recientes elecciones en Bielorrusia y en favor de la democracia en este país, pero prefirió no pronunciarse sobre la decisión de Chipre de vetar la imposición de sanciones al régimen de Aleksander Lukashenko en tanto no se aprueben medidas similares contra Turquía.</strong></h4> Bielorrusia fue uno de los temas estelares de la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, reunido ayer de forma presencial en Bruselas. Tras participar en un desayuno de trabajo con <strong>la líder opositora bielorrusa exiliada Svetlana Tijanóvskaya</strong>, los ministros de Asuntos Exteriores volvieron a rechazar la legitimidad de las últimas elecciones y a condenar las detenciones arbitrarias y los actos de hostigamiento y de violencia contra la sociedad civil y a la oposición. No obstante, a la hora de aprobar sanciones contra dirigentes del régimen de Minsk (entre quienes podría figurar el propio Lukashenko), una decisión que requería la unanimidad de los 27, la UE se encontró con el veto de Chipre, que condicionó su apoyo a la aprobación de medidas similares contra el Gobierno turco de Recep Tayyip Erdoğan por las prospecciones de hidrocarburos que lleva a cabo Turquía en aguas de la zona económica exclusiva chipriota. “En la última reunión del Consejo de Asuntos Exteriores que tuvo lugar hace apenas dos semanas en Berlín, en formato informal, tomamos la decisión, de orden político, de <strong>impulsar una lista de sanciones contra personas en Bielorrusia involucradas en la represión violenta contra los ciudadanos bielorrusos</strong>”, recordó González Laya en la rueda de prensa. <strong>“Es verdad que hay un Estado miembro de la UE que hace una vinculación entre las sanciones en el caso de Bielorrusia y las sanciones en el caso de Chipre con Turquía, pero no hay un obstáculo de fondo a la imposición de sanciones contra Bielorrusia y, en todo caso, este tema va a ser elevado a los jefes de Estado y de Gobierno, que se reúnen al final de esta semana, para que ellos puedan tomar una decisión definitiva al respecto”</strong>, prosiguió. “Yo creo que todos los mensajes que la UE está enviando a Bielorrusia son muy claros: rechazo absoluto de la violencia sobre la ciudadanía, petición de que cesen las detenciones arbitrarias y el hostigamiento contra miembros de la oposición y la sociedad civil, llamada al diálogo entre el Gobierno y la oposición y no reconocimiento de las elecciones”, reiteró la ministra. “Esto no es una cuestión geopolítica, la UE no tiene ambiciones geopolíticas cuando apoya a la oposición, pero <strong>la UE no se puede quedar impasible ante violaciones de derechos humanos y de libertades y la violación de reglas democráticas que ocurran en sus fronteras</strong>”, añadió González Laya, quien esquivó las preguntas de la prensa sobre el veto de Chipre y los problemas que genera la unanimidad en las decisiones de política exterior de la UE. <h5><strong>Vecindad Sur, Mediterráneo Oriental y Venezuela</strong></h5> En el mismo encuentro de ayer, según González Laya, los ministros de Asuntos Exteriores decidieron dar <strong>“un impulso político a las relaciones entre la UE y la Vecindad Sur con la convocatoria, el 26 de noviembre en España, de una reunión ministerial de los ministros de ambos lados”</strong>, tal como había adelantado la propia ministra el pasado jueves durante una rueda de prensa. Asimismo, el Consejo de Exteriores afirmó que “existe una ventana de oportunidad para impulsar un alto el fuego definitivo” en <strong>Libia</strong> que permita “una solución política negociada entre libios y, sobre todo, alcanzar un acuerdo para retomar la producción del petróleo”, y apoyó la vía del “diálogo y la negociación, sin unilateralismo”, para resolver <strong>el conflicto en el Mediterráneo Oriental entre Turquía, Grecia y Chipre</strong>, prosiguió la ministra. Respecto a <strong>Venezuela</strong>, según González Laya, el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, “ha compartido con todos los ministros europeos el resultado de la reciente reunión del Grupo Internacional de Contacto (GIC) y nos ha presentado la idea de seguir trabajando por una solución negociada a la crisis venezolana y la importancia de que las próximas elecciones sean libres y democráticas”. A juicio de González Laya y de “todos los Estados miembros”, y en consonancia con las conclusiones del GIC, con “los plazos actuales” es “imposible” enviar a Venezuela la misión de observadores electorales de la UE solicitada por el régimen de Nicolás Maduro.