<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El encuentro que mantuvieron ayer en Ankara los ministros de Asuntos Exteriores de España y Turquía, Arancha González Laya y Mevlüt Çavuşoğlu, dejó en evidencia las grandes discrepancias que mantiene el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan con los Estados miembros de la Unión Europea en materias como Santa Sofía, la movilidad de viajeros frente al COVID-19 o el embargo de armas a Libia.</strong></h4> “Que mi primer viaje fuera de la UE en visita bilateral sea a Turquía es un símbolo de la importancia que España otorga a sus relaciones con un socio, un amigo y también el aliado que Turquía es en la OTAN”, declaró en tono conciliador González Laya en la rueda de prensa posterior a su encuentro. “Ha sido un diálogo útil con Mevlüt para desescalar las tensiones que existen, expresando el deseo de España para explorar vías de entendimiento entre las partes”, añadió. No obstante, las diferencias y la fuerte tensión que se vive en las relaciones entre Ankara y la UE salieron a la luz a la hora de tratar los temas concretos. Un buen ejemplo de ello se produjo cuando González Laya declaró <strong>el deseo de España de que “se mantenga el espíritu” de Santa Sofía, “que es una casa común para cristianos, católicos y musulmanes”</strong>, y pidió el “diálogo entre Turquía y la Unesco” para preservar el monumento, recientemente convertido en mezquita por orden de Erdogan. En su réplica, el ministro turco afirmó que si González Laýa <strong>“se refiere a Santa Sofía como un lugar patrimonio cultural de la humanidad, con todas sus características y abierto a todos, eso está bien”, pero “si se refiere a Santa Sofía, que ha sido convertida en una gran mezquita, como un lugar en el que puedan rezar otras creencias, ahí no estamos de acuerdo”</strong>. “No puedo entender la reacción de Grecia”, prosiguió, en referencia a las fuertes protestas de Atenas “Seguiremos protegiendo Santa Sofía como un patrimonio cultural”, añadió. Otro punto de discrepancias se produjo en el tema de <strong>Libia</strong>, respecto al cual González Laya aseguró que “la postura europea es impulsar un acuerdo político negociado” y apoyar “la decisión de Naciones Unidas de asegurarse que se respete el embargo de armas”. Con ese fin, añadió, la UE ha puesto en marcha “una misión específica, la operación IRINI, que no va contra ningún país en concreto sino para que se respete el embargo de armas decretado por Naciones Unidas, ya estén entrando las armas por tierra, mar o aire”. Como era de esperar, Çavusoglu, únicamente coincidió con la ministra en la necesidad de encontrar una solución negociada en Libia, pero advirtió de que el embargo de armas únicamente beneficia al mariscal Jalifa Hafter, el hombre fuerte en el este de Libia, y perjudica al Gobierno del Acuerdo Nacional del primer ministro Fayez al-Sarraj, con sede en Trípoli y que cuenta con el respaldo de Naciones Unidas. <strong>“La operación IRINI no es neutral. Ayuda a Hafter y castiga a Gobierno del Acuerdo Nacional, que es el único gobierno legítimo”</strong>, denunció. Turquía apoya militarmente al GNA, frente a Rusia, Emiratos Árabes Unidos y Francia,que respaldan a Hafter. La <strong>apertura parcial de la frontera exterior de la UE en el contexto de la desescalada del COVID-19</strong> fue otro punto de fricción en la rueda de prensa de ayer, ya que mientras González Laya aseguró que “España ha mantenido, mantiene y mantendrá que esto no es un ejercicio político y que, por tanto, todas las decisiones de la UE deberían basarse en criterios epidemiológicos”, su colega turco denunció que la lista europea de países terceros beneficiados (entre los que no está Turquía) está “lejos de criterios objetivos” y ha sido “configurada con motivos políticos”. En otro de los puntos conflictivos de la relación entre Turquía y la UE, el tono fue más conciliador. Según González Laya, el Gobierno turco está dispuesto a suspender las <strong>perforaciones de gas natural cerca de la isla griega de Rodas</strong> para llegar a un entendimiento con Grecia y Çavusoglu incluso le transmitió el “deseo de Turquía de pausar las exploraciones durante al menos un mes para dar un espacio al diálogo entre las partes”. “Es una señal de confianza que estimo y aprecio”, añadió. Çavusoglu “me ha trasmitido el deseo de Turquía de iniciar un diálogo constructivo con sus vecinos en el Mediterráneo Este y creo que va a ser tremendamente importante para generar un clima de confianza entre la Unión Europea y Turquía”, añadió. Ankara defiende su derecho a explorar gas en zonas del Mediterráneo Oriental que Grecia considera que forman parte de su zona económica exclusiva. González Laya se desplazará precisamente hoy a <strong>Grecia</strong>, donde será recibida por su homólogo griego, Nikos Dendias; por el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis; y por la presidenta de la República, Katerina Sakellaropoulou.