<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>San Sebastián fue la sede, entre el 30 de julio y el 5 de agosto de 1920, de la primera reunión del Consejo Ejecutivo de la Sociedad de Naciones, un organismo creado tras la Primera Guerra Mundial y que sirvió de precursor de la actual Organización de las Naciones Unidas.</strong></h4> La <strong>Diputación Foral de Guipúzcoa</strong> ha iniciado una serie de actividades para conmemorar esta efeméride, que arrancarán el próximo 30 de julio en el Salón del Trono del Palacio Foral con la presencia de <strong>la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha Gonzalez Laya</strong>, y de representantes de los otros países participantes en aquella reunión (Francia, Reino Unido, Italia, Japón, Bélgica, Brasil y Grecia). Los actos incluyen una exposición y, a partir de otoño, varias conferencias y un ciclo de cine. La <strong>Sociedad de las Naciones (SDN) o Liga de las Naciones</strong> fue creada el 28 de junio de 1919 en virtud del Tratado de Versalles, con el propósito de establecer las bases para la paz y la reorganización de las relaciones internacionales una vez finalizada la Primera Guerra Mundial. El <strong>Consejo Ejecutivo</strong>, que estaba formado tan sólo por ocho países, era el órgano de toma de decisiones de la Sociedad de Naciones y el encargado de conocer las disputas que pudieran surgir entre países. Si las discusiones fracasaban, el Consejo era competente para adoptar una serie de sanciones que podría imponer a los Estados. La primera Asamblea de la Sociedad de Naciones se celebró en Ginebra el 15 de noviembre de 1920, con la participación de 42 países. Los países representados en San Sebastián fueron los <strong>cuatro miembros permanentes del Consejo, Francia, Reino Unido, Italia y Japón, y los no permanentes, Bélgica, Brasil, Grecia y España</strong>, que presidió la primera sesión como país anfitrión gracias a su condición de país neutral durante la Gran Guerra. España estuvo representada por el embajador en la Sociedad de Naciones, José Quiñones de León. España fue uno de los países fundadores de la Sociedad de Naciones (en su calidad de país neutral, ya que no fue firmante del Tratado de Versalles) y formó parte de su Consejo Ejecutivo como miembro no permanente de forma prácticamente continuada desde sus inicios hasta el inicio de la Guerra Civil española. Entre los elementos más destacables del nuevo marco jurídico creado por la Sociedad de Naciones destaca la creación <strong>del primer tribunal internacional permanente de la historia, la Corte Permanente de Justicia Internacional</strong>, antecesora de la actual Corte Internacional de Justicia (CIJO, situada en La Haya. Precisamente, según recordó la Diputación Foral, durante la reunión de 1920 se abordaron importantes cuestiones relacionadas con la creación de este tribunal, como el sistema de elección de los jueces. Según el diputado foral de Cultura y Cooperación, Harkaitz Millan, la Sociedad de Naciones fue “el primer organismo que puso las bases de la colaboración internacional”, y, aunque finalmente fracasó (a causa, entre otros factores, de la autoexclusión de Estados Unidos y del veto a Alemania y Turquía por su condición de potencias derrotadas en la Gran Guerra), “dejó como legado organismos como el Tribunal Penal Internacional y la Organización Internacional del Trabajo”, así como “los primeros atisbos de los Derechos Humanos”.