<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La primera etapa de la gira europea del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha alejado aún más la posibilidad de que se llegue a un acuerdo en el próximo Consejo Europeo sobre el fondo de recuperación económica tras la pandemia del COVID-19.</strong></h4> Los próximos 17 y 18 de julio se celebrará en Bruselas un Consejo Europeo en el que se debatirá sobre el Fondo de Recuperación, el Marco Financiero Plurianual 2021-2027 (MFP, el presupuesto comunitario) y los mecanismos de gobernanza y supervisión de los planes de recuperación de los Estados. El objetivo de España es que en este mismo Consejo se llegue a un acuerdo sobre estos puntos, pero para ello habrá que convencer a los llamados países frugales (Países Bajos, Suecia, Dinamarca y Austria) para que acepten la propuesta de la Comisión Europea (respaldada por Francia, Alemania, España, Italia y Bélgica, entre otros) de crear un fondo de recuperación europeo, con escasas condiciones, de 750.000 millones de euros, 500.000 millones mediante transferencias directas no reembolsables y 250.000 millones mediante préstamos. La primera etapa de la gira comenzó ayer en La Haya, donde Sánchez mantuvo un almuerzo de trabajo con <strong>el primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte</strong>, el frugal más radical entre los cuatro frugales. “Es vital lograr un acuerdo en el próximo Consejo Europeo”, declaró Pedro Sánchez en su cuenta de Twitter al término del encuentro, en el que no estaba prevista ninguna declaración pública a los medios. <strong>“Perder más tiempo solo retrasará la recuperación”</strong>, prosiguió. “Necesitamos una respuesta acorde a la magnitud de la pandemia, que nos haga salir de esta crisis con una Europa más verde, digital e inclusiva”, añadió. Poco antes de la reunión, Rutte adelantó a la prensa de su país cuál iba a ser su mensaje a Sánchez: <strong>“Vosotros tenéis que encontrar la solución dentro de España”</strong>, y no en el seno de la Unión Europea. En estas condiciones, advirtió, <strong>“no va a ser fácil” llegar a un acuerdo final ni acercar posturas.</strong> Este mensaje es, en líneas generales, el mismo que Rutte transmitió al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quien viajó el viernes a La Haya con el mismo propósito. La semana pasada, el primer ministro holandés declaró que su Gobierno “no tiene ninguna prisa” para cerrar el acuerdo, lo que da a entender que no será posible avanzar en esta materia antes de septiembre. Rutte también recibió ayer al primer ministro de Portugal, António Costa, y hace tres semanas al presidente de Francia, Emmanuel Macron, pero sigue firme en sus condiciones para aceptar un acuerdo sobre el plan de recuperación: que el paquete solo se conceda mediante préstamos y sin subvenciones y que los préstamos a los países estén condicionados a reformas económicas a nivel nacional. En cuanto a los mecanismos de supervisión, el presidente del Consejo, Charles Michel, propuso la semana que las ayudas europeas y los planes de reforma nacionales sean sometidas a un mayor control por parte de los Gobiernos nacionales (el Consejo de la UE), aparte de la Comisión, pero Rutte quiere ir más allá y exige que las reformas requieran la aprobación unánime de los 27 Estados miembros. España y otros países rechazan completamente ka creación de una nueva troika (como en la crisis de 2008) y el establecimiento de algún mecanismo de veto como el que propone Países Bajo e insiste en que el mecanismo de seguimiento más equilibrado y cómodo es el semestre europeo, en el que tiene más peso la Comisión y al que se someten todos los Estados de la UE. El jefe del Ejecutivo llegará hoy a Berlín, donde será recibido por <strong>la canciller democristiana alemana Angela Merkel</strong> (presidenta de turno de la UE desde el 1 de julio). Por la noche viajará a Estocolmo, donde mañana mantendrá un desayuno de trabajo, una reunión bilateral y finalmente una rueda de prensa con <strong>el primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Löfven.</strong>