<h6 class="p1"><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4 class="p1"><strong>La esperpéntica moción de censura de Vox contra el Gobierno, además de confirmar al censurado en su mayoría parlamentaria, ha facilitado al Partido Popular el previsto movimiento preelectoral de marcar distancias con el partido de extrema derecha.</strong></h4> <p class="p1">Si Pedro Sánchez se presenta al frente de su coalición con el populismo de la izquierda más extrema para seguir en el poder, Alberto Núñez Feijóo aspira a ampliar sus bases para agrupar a todo en centro derecha y depender lo menos posible de la formación de Santiago Abascal. Madrid, ante las elecciones del 28 de mayo, es la primera prueba de esa apuesta del PP por alcanzar mayorías amplias.</p> <p class="p1">Vox nació con la aspiración de sustituir al PP desde las posiciones más conservadoras o populistas de la derecha, tocó techo en las elecciones de 2019 y después de fracasar en las autonómicas de Madrid y Andalucía de 2021 y 2022, se promociona como complemento indispensable y patriótico de lo que Abascal llama “la derechita cobarde”: el PP.</p> <p class="p1">Entre la inspiración de Lepen y Orban, ahora también de Meloni, la extrema derecha española creció retroalimentada con el radicalismo del Gobierno de Sánchez hasta que los populares reconstruyeron su alternativa y recuperaron buena parte del voto que se les había ido a Ciudadanos.</p> <p class="p1">En el PP denuncian como táctica de “pinza” descarada las últimas maniobras de Vox en favor de Sánchez y del PSOE. Se refieren a la moción de censura en el Congreso convocada para mayor gloria del protagonismo de Abascal presentándose como jefe de la oposición al tiempo que servía al presidente del Gobierno para lanzar su precampaña. Pero también a la oposición sistemática que Vox ejerce en Madrid contra los proyectos del gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso.</p> <p class="p1">Feijóo y Ayuso han respondido con una ruptura táctica y preelectoral con Vox a la alianza tácita de intereses entre la izquierda y los de Abascal para frenar al PP. Al jefe de la oposición le interesa huir de la imagen difundida por el sanchismo de que sólo puede aspirar al gobierno en coalición con la extrema derecha. La presidenta de la Comunidad de Madrid ya sufre las consecuencias de depender de Vox cuando el partido encabezado en la región por Rocío Monasterio se alía y vota sin complejos con socialistas y comunistas en contra de ejecutivo autonómico.</p> <p class="p1">El Partido Popular pretende obtener rédito electoral con su denuncia sobre “la pinza” que practican los de Abascal. Creen en su dirección que todavía tienen algún margen de recuperación de voto entre el electorado más de derechas además de dar por hecho que se consolidarán por el centro.</p> <p class="p1">Sánchez se ha decantado por hacer lo contrario que el PP al promocionar personalmente a su vicepresidenta Yolanda Díaz como candidata de todo el espacio a la izquierda del PSOE, una especie de subcontrata electoral para, ante los próximos comicios generales, consolidar su coalición con los populistas apoyada por los partidos separatistas. Mientras acusa a Feijóo de estar atado a la extrema derecha para un futuro gobierno, él naturaliza su frente de izquierdas.</p> <p class="p1">En Madrid el PP ha podido gobernar con autonomía durante los dos últimos años gracias a la amplia mayoría obtenida por Ayuso, 65 escaños en una asamblea de 136 diputados. De Vox, que se quedó en 13, sólo requería que la abstención, pero en las últimas votaciones clave los de Abascal se han pasado a la oposición para tumbar los presupuestos de la Comunidad y un plan fiscal para atraer inversiones de extranjeros. Demasiado liberalismo para las tendencias autárquicas de Monasterio y Abascal.</p> <p class="p1">El PP ya agrupa al centro derecha en Madrid, como demostró en los últimos comicios regionales al alcanzar el 44,7 por ciento de los votos. Para alcanzar la mayoría absoluta Ayuso necesita cuatro escaños y tiene que crecer a costa del 9,5 obtenido por Vox en 2021, o beneficiarse de una posible desaparición de Podemos en el caso más que probable de que la extrema izquierda vuelva a concurrir a las urnas dividida en dos marcas: la local de Mas Madrid y la nacional del partido fundado por Pablo Iglesias. El corte para la asignación de escaños está en el 5 por ciento y el Podemos no pasó entonces del 7,2 por ciento pese a concurrir encabezado por su jefe.</p> <p class="p1">El desmarque de Vox que proclama ahora Feijóo está dirigido a alcanzar el éxito logrado por Ayuso en esas elecciones al sumar más escaños que toda la izquierda junta. Supondría depender lo mínimo de Abascal. De ahí el empeño de la formación de extrema derecha en presentarse como el complemento indispensable e inevitable para el PP. La misma idea en la que insiste Sánchez.</p>