<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Los informes internacionales siguen presentando un panorama muy negro para la economía y el mercado laboral en España como consecuencia de la crisis generada por la pandemia del COVID-19.</strong></h4> Por una parte, <a href="https://ec.europa.eu/economy_finance/forecasts/2020/summer/ecfin_forecast_summer_2020_es_en.pdf" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>las previsiones de verano de la</strong> <strong>Comisión Europea</strong></a>, presentadas ayer por el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, indican para España una caída de casi el 11% del PIB, un punto y medio más que en las anteriores previsiones de primavera. “El grave brote de la pandemia de COVID-19 en España y las medidas de confinamiento adoptadas desde mediados de marzo han dado lugar a una contracción sin precedentes de la actividad en la primera mitad del año, con los servicios como sector más afectado”, señala el informe en el capítulo dedicado a España. “Los indicadores económicos tocaron fondo en abril y mejoraron en mayo, cuando se empezaron a levantar las restricciones de forma gradual y diferenciada en los distintos sectores y regiones”, prosigue. “El país entró a finales de junio en una nueva normalidad, durante la cual las medidas de distanciamiento social se mantendrán hasta nuevo aviso. Estas medidas, junto con los cambios en las pautas de consumo, podrían tener un efecto duradero en las actividades en las que la interacción personal es intrínseca a la prestación del servicio, como la alimentación, el alojamiento, el comercio al por menor, los servicios personales y las artes y el entretenimiento”, mientras que, “en el caso de las empresas internacionales de turismo, el impacto se verá agravado por la reducción de la conectividad de los vuelos, a pesar de la apertura gradual de las fronteras”, continúa el texto. El informe prevé que “la actividad en el sector manufacturero se reanudará más rápidamente que en el sector de los servicios”, pero “las perturbaciones en las cadenas de valor mundiales y la débil demanda pueden impedir una normalización de la actividad industrial antes de que finalice el año”. La Comisión estima que <strong>“es probable que el impacto económico del confinamiento en la primera mitad de 2020 resulte peor de lo esperado en el pronóstico de primavera” y que “esto no se verá totalmente compensado por el repunte previsto en la segunda mitad de 2020 a medida que se levantan las restricciones a la actividad”</strong>. “Como consecuencia de ello, se prevé que <strong>el crecimiento anual del PIB en 2020 será de casi un -11%, alrededor de punto y medio peor que lo proyectado en primavera</strong>”, continúa. Aparte, “la actividad debería seguir recuperándose durante la primera mitad de 2021 y luego se moderará gradualmente en la segunda mitad. Esto, junto con un fuerte arrastre positivo en el último trimestre de 2020, conllevaría <strong>un crecimiento anual de cerca del 7% del PIB en 2021, prácticamente sin cambios desde la primavera, dejando el volumen de producción en 2021 alrededor de 4,5% por debajo de su nivel de 2019</strong>”, señala el documento. El informe señala también que los ERTE “han ayudado a limitar las pérdidas de empleo a gran escala hasta ahora”, pero advierte de que “el desproporcionado impacto de la crisis en los sectores de gran intensidad de mano de obra se traducirá en un aumento significativo de la tasa de desempleo, y es probable que se produzcan más aumentos una vez que se eliminen las ERTE”. <h5><strong>OCDE</strong></h5> Precisamente, el informe <strong><a href="https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/1686c758-en.pdf?expires=1594122150&id=id&accname=guest&checksum=EEBC7756DB32E46D136D37735B72A771" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><em>Perspectivas de empleo 2020</em> de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)</a>,</strong> también publicado ayer, indica que, a pesar del efecto amortiguador ejercido por los ERTE, <strong>la tasa de paro en España rondará el 20% a finales de 2020 independientemente de haya o no un rebrote del coronavirus</strong>. La situación es particularmente preocupante en “los principales destinos turísticos, como las Islas Baleares y las Islas Canarias”, que “pueden enfrentarse a una gran caída del empleo". Para el conjunto de la OCDE, el informe prevé una tasa de paro del l 9,4% en el cuarto trimestre del año, por encima incluso de los peores datos de la crisis financiera de 2008. Aparte, el informe señala que <strong>España registra el segundo porcentaje más bajo en empleos que pueden realizarse desde casa mediante teletrabajo</strong>, un 24% del total, muy por debajo del 31,2% de media de los 24 Estados miembros. En estas condiciones, <strong>el 56% de los empleados españoles trabajan en un entorno de riesgo de contagio del COVID-19</strong> a causa del alto grado de proximidad física con sus compañeros y de la mayor interactuación con el público, ocho puntos más que la media (48%) y muy por encima del país mejor situado, Luxemburgo, con un 39%.