<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Josep Borrell intervino ayer por primera vez en el Congreso de los Diputados desde su nombramiento como Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE para advertir de que las ayudas europeas para la recuperación económica tras la crisis del COVID-19 “no son un cheque en blanco”, pero tampoco implicarán “visitas de los hombres de negro”.</strong></h4> “No serán las condiciones de los hombres de negro de la anterior crisis, pero sí tendrán una condicionalidad para que se destinen a los fines para las que son concedidas”, aseguró el ex ministro de Asuntos Exteriores y actual vicepresidente de la Comisión Europea durante su intervención en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso. Por tanto, advirtió, las ayudas propuestas por la Comisión Europea para los Estados miembros -750.000 millones de euros, 500.000 millones mediante subvenciones no reembolsables y 250.000 millones mediante préstamos- “no serán gratis ni un cheque en blanco” y “tendrán, evidentemente, condicionalidades, pero no las condicionalidades de las famosas troikas que trataban de garantizar ajustes macroeconómicos severos" tras la crisis financiera de 2008. “Alguna condicionalidad tiene que haber”, porque los Estados “no pueden recibir una transferencia de los contribuyentes europeos sin que estos legítimamente, a través de sus Parlamentos, sepan a qué se va a destinar y se controle que realmente ha sido así”, prosiguió. En este sentido, aclaró, las ayudas deberían servir para dar una “respuesta inmediata y urgente” tras la crisis y para garantizar, a corto plazo, la “supervivencia de las empresas y las personas” y, a largo plazo, la reconducción de la economía comunitaria para hacer frente los “retos climático y digital”, además de contribuir a mejorar la "independencia tecnológica y sanitaria" de la UE, diversificar las "fuentes de aprovisionamiento”, reforzar el sistema sanitario y conseguir la recuperación social y económica. En todo caso, aseguró, <strong>“no va a haber condicionalidad de tipo económico, con visitas de los hombres de negro para alcanzar objetivos presupuestarios, con plazos y cuantías, porque el equilibrio presupuestario ahora no es un objetivo”</strong>, sino “recapitalizar la economía para hacerla más resistente”.