<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Los recientes ataques contra las estatuas de Cristóbal Colón, Juan Ponce de León o Juan de Oñate en Estados Unidos durante los disturbios por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la Policía son un reflejo de cómo unos mismos referentes históricos simbolizan puntos de vista muy diferentes entre los distintos grupos étnicos de la compleja sociedad norteamericana.</strong></h4> Éstas son algunas de las conclusiones del grupo de expertos reunidos ayer por The Hispanic Council para presentar por videoconferencia el informe <strong><a href="http://cervantesobservatorio.fas.harvard.edu/sites/default/files/56_la_herencia_hispana_y_el_espanol_en_la_toponimia_de_los_estados_unidos.pdf" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><em>La Herencia Hispana y el español en la toponimia de EEUU</em></a></strong>, un estudio editado y publicado originalmente por el Observatorio de la lengua española y las culturas hispánicas en Estados Unidos del Instituto Cervantes en Harvard University. “Es algo muy triste, <strong>porque no se debe interpretar la historia desde la perspectiva del presente</strong> y porque la historia no es una trayectoria de buenos y malos delineada de forma clara”, afirmó <strong>la directora ejecutiva del Instituto Cervantes at Harvard University, Marta Mateo. </strong> No obstante, advirtió, “tenemos que asumir y respetar que cada nación puede ver los mismos momentos históricos de formas diferentes”. “Para nosotros, el descubrimiento por parte de Colón es un hito, pero para algunos el término ‘descubrimiento’ es ofensivo y eurocéntrico y prefieren hablar de ‘llegada de los europeos a América’”, explicó. <strong>“Cada nación narra los momentos históricos de una forma, pero de lo que se trata es de aprender de la historia y de leer más, pero se lee muy poco y la historia se tergiversa muy fácilmente”</strong>, lamentó. En un sentido muy parecido, el prestigioso historiador e hispanista norteamericano <strong>Richard L. Kagan, profesor emérito de la John Hopkins University</strong>, advirtió de que “no hay que derribar estatuas, hay que utilizarlas como elemento didáctico para aprender historia” y, en el caso de Colón, “aprender lo que hizo en el ámbito de su propia cultura y no entender el pasado con los criterios de hoy”. “<strong>Debemos entender a los personajes históricos en su propio contexto</strong>. George Washington y Thomas Jefferson simbolizan la libertad, pero ¿la libertad para quién? Los dos eran propietarios de esclavos”, prosiguió. “Colón era un visionario, pero esclavizó a muchos, no fue un genocida, no intentó destruir poblaciones indígenas, pero sí quiso utilizarlas como mano de obra y las maltrataba”, explicó. “Hoy en día la esclavitud nos parece horrible, injusta e inhumana, pero Colón pensaba que la esclavitud era una cosa justa con gente diferente que no era cristiana, hay que entenderlo en su contexto histórico” y, por ello, es necesario “un conocimiento profundo de la historia y aprender del pasado para no repetirlo”, advirtió. Aparte, recordó el historiador, “en Filadelfia, los que protegen las estatuas de Colón son los italo-americanos porque para ellos Colón es italiano, genovés, y es un símbolo de su propia cultura”. <strong>“Desde el punto de vista de otros grupos, Colón es un símbolo de genocidio y destrucción, pero esta figura representa símbolos diferentes para varios grupos”</strong>, manifestó. Por su parte, <strong>Elizabeth Vaquera, directora del Cisneros Hispanic Leadership Institute de The George Washington University</strong>, advirtió de la necesidad de “interpretar la historia desde diferentes tipos de vista, no sólo el español”. Asimismo, <strong>el presidente de The Hispanic Council y moderador del acto, Daniel Ureña</strong>, advirtió de que “decapitar estatuas y manipular la historia no es el camino para afrontar el debate sobre la huella de España en EEUU”.