<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, advirtió ayer de que se debería aprovechar la actual pandemia del COVID-19 para promover una gobernanza internacional más autónoma, más eficiente y menos política.</strong></h4> “Hasta unas semanas antes del COVID-19 había dudas sobre el multilateralismo, con países que consideraban más eficientes las medidas nacionales, fijando las fronteras y con aislacionismo, pero nos encontramos con un virus que no conoce fronteras ni pasaportes”, declaró la ministra durante su intervención en una conversación <em>online</em> organizada por la plataforma <strong><em>El Día Después será... </em></strong> “La única manera eficiente y justa de luchar contra la pandemia es hacerlo de manera multilateral, uniendo esfuerzos y aceptando nuestra interdependencia”, prosiguió durante el encuentro, titulado <em>La misión de no dejar a nadie atrás: repensar la cooperación y la gobernanza global frente al COVID-19</em>. Según la ministra, los principales objetivos de España en materia de cooperación respecto al COVID-19 son la defensa de <strong>una “narrativa” que abandone “la idea de fronteras muy estrechas y naciones muy fuertes” y en favor de una “cooperación más inteligente”</strong>; la mejora de las <strong>vacunas, los diagnósticos y los tratamientos de manera que lleguen “a todos y cada uno de los ciudadanos del mundo</strong>”; y la ayuda en <strong>las situaciones humanitarias más complicadas</strong>, como "los campos de refugiados, los lugares con extrema pobreza o las zonas de conflicto o posconflicto”. Otro de los grandes objetivos de España, prosiguió González Laya, es impulsar <strong>“cambios en el multilateralismo”. </strong>“Hay cosas del sistema multilateral que no funcionan, necesitan una mejora y una reforma y <strong>deberíamos utilizar este momento no sólo para hacer multilateralismo, sino para reformarlo de manera que sea más eficiente</strong>”, añadió. Esas reformas deberían conducir a <strong>una gobernanza internacional “mucho más horizontal”</strong>, frente a la tradicional estructura vertical basada en temas concretos (agricultura, comercio, cambio climático), y a <strong>un sistema “menos gubernamental y más poligubernamental”</strong> que permita una mayor participación, junto a los gobiernos, de “las empresas, los centros de investigación, los <em>think tanks</em>, las ONG y la sociedad civil en general”. Aparte, y ésta sería la “tercera gran reforma” para González Laya, se debería buscar <strong>una gobernanza internacional “con más autonomía y con más capacidad de organización y para dar recomendaciones e ideas que nos ayuden a enfrentarnos a problemas como el COVID” y en la que “se dejen un poco de lado los aspectos políticos, que suelen ser menos relevantes”. </strong> El encuentro <em>online</em>, que fue seguido por cerca de 3.000 personas, contó también con la participación, entre otros, de Begoña Lasagabaster, representante de ONU Mujeres en Túnez y Libia; Pedro Alonso, director del Programa Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS); Katia Maia, directora ejecutiva de OXFAM Brasil; y Leire Pajín, presidenta de la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS) y directora de Desarrollo Global de ISGlobal, dos de las entidades que conforman la plataforma organizadora (además del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid e Iberdrola).