De un tiempo a ésta parte se viene hablando mucho del crecimiento del sector de juego online, apuestas en Internet o casinos en línea, aunque la gran batalla mediática y social se ha planteado frente a los casinos físicos, la sala de juego de toda la vida.
Lógicamente la sala de juego tiene una visualización e impacto mucho mayor en cualquier barrio que el juego en línea, aunque este tipo casinos online ha crecido mucho más que los casinos y salas físicas de juego, de los que, por ejemplo en la Comunidad de Madrid, no llegan a 500, mientras de casinos online hay decenas de miles en todo el mundo, a los que se puede acceder libremente desde cualquier ordenador.
Para la gente joven el juego online se ha convertido en una opción más de ocio, sin ningún tabú añadido de tipo social o cultural. Los informes de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción concluyen que los jóvenes españoles prefieren internet, ya que en su mayoría gozan de una media de 28 horas de tiempo libre a la semana, con un gasto mensual en torno a 38 euros semanales, y solamente un 6% puede gastarse más de 100 euros semanales, así que la limitación en el gasto viene de partida: no se puede gastar más de lo que se tiene, y los jóvenes distribuyen entre relaciones, salidas a tomar algo, comer o beber, y sus juegos u otras diversiones, pero no es mucho dinero, y se lo saben administrar. Otras opciones son las descargas de música través de plataformas como Spotify, ver películas en plataformas como Amazon o Netflix o ir al cine de toda la vida.
Un sector que mueve tanto dinero como el turismo o el negocio de las armas: en términos absolutos, mueve anualmente cerca de 500.000 millones de dólares. En España el gasto en juego online ha crecido imparablemente desde 2010: en diez años se ha multiplicado por 3, pasando de unos 500 o 600 millones de euros hacia 2013 o 2014 hasta los casi 2.000 de la actualidad. España, en total en juego, incluyendo máquinas, casinos físicos y online, Lotería Nacional, quinielas y todos los juegos, ocupa el décimo puesto en la lista mundial de países que más gasta en juego, con unos 11.00 millones de dólares anuales. Por delante están por este orden Australia, el país que más juega, con más de 20.000 millones de dólares anuales, Estados Unidos, China, Japón, Italia, y Gran Bretaña. España cierra esta lista en cambio en el décimo quinto lugar en cuanto a gasto individual, con unos 250 euros anuales por persona, cuatro veces menos que los australianos y la mitad de un norteamericano.
En España las apuestas online se han convertido ya en parte de nuestro ocio, igual que en otros países y, de un tiempo a ésta parte ha despegado el juego online a través de plataformas de Internet. El juego online de ocio también tiene su cuota en ésta nueva sociología del juego en la que se encuentran desde apuestas deportivas como partidos de fútbol o carreras de caballos hasta partidas de ruleta online, partidas de blackjack o póker en línea con otros jugadores.
En nuestro país, un 41% por los españoles, 17 millones de personas, juega videojuegos. La otra cara de la moneda es que los españoles también somos los europeos que más jugamos con nuestros hijos, lo cual es un buen dato. Más del 53% de los ciudadanos cree que la sociedad ha olvidado que el juego es un derecho fundamental de los niños y que aporta múltiples beneficios para sus hijos. Pero también para los adultos: jugar es saludable, siempre que no perdamos la cabeza y cuando hablamos de juego en familia casi nunca jugamos de apuesta con dinero o de casinos.
Para este año 2020 se estima que la industria del juego online crecerá en España en torno a un 20%, lo que hará que se acerque a los 2.300 o 2.400 millones de euros de facturación.