<h6><strong>Andreu Cornelles</strong></h6> <h4><strong>La Fundación Alternativas celebró el pasado martes en su sede un seminario sobre la situación política en el Magreb con la participación del periodista Ricard González y el académico Miguel Hernando de Larramendi. La ampliación de las aguas territoriales de Marruecos, la aparición del movimiento <em>Hirak</em> en Argelia, el nuevo Gobierno en Túnez y el conflicto en Libia marcan el escenario geopolítico en la zona.</strong></h4> El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, <strong>Diego López-Garrido</strong>, abrió el debate planteando que “más allá de la seguridad, la región presenta otros grandes desafíos climáticos, socio-económicos, demográficos y político-democráticos”. Y en su opinión “la falta de paz y estabilidad en la región” está causada por la “enorme falta de integración entre los países que la conforman”. Para Miguel Hernando de Larramendi -doctor en Estudios Árabes e Islámicos por la Universidad Autónoma de Madrid y autor del libro <em>La política exterior de Marruecos</em>-, la decisión de <strong>Marruecos</strong> de ampliar sus <a href="https://thediplomatinspain.com/2020/01/marruecos-amplia-sus-aguas-hasta-canarias-a-solo-48-horas-de-la-visita-de-laya/" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>aguas territoriales</strong> </a>no se entiende sin tener en cuenta “las aspiraciones de Marruecos de hacer más efectivo su control sobre el Sáhara” y la tradicional desconfianza del Gobierno de Rabat “hacia los cambios de gobierno en España”. Desconfianza reforzada con un <strong>socio de la coalición de gobierno en España</strong> “que reclama libertad para el pueblo saharaui”. Sin embargo, las<strong> relaciones bilaterales</strong> entre ambos países fueron calificadas por ambos ponentes como “<strong>estables, aunque con altibajos</strong>”. No obstante, Ricard González señaló que Marruecos a la hora de iniciar cualquier tipo de negociaciones con la UE busca “dividir a los europeos para mitigar la asimetría existente”. Respecto al país vecino, ambos especialistas coincidieron en apuntar “la enorme capacidad de resiliencia y adaptación del<strong> movimiento <em>Hirak</em></strong>”, el movimiento popular pacífico que exige desde hace casi un año una ruptura radical con el régimen argelino. En ese sentido, señalaron que el futuro de <strong>Argelia</strong> estará determinado por la posibilidad de “iniciar negociaciones entre la posición maximalista del Hirak y la posición del gobierno”, donde ambos actores “deberán hacer renuncias para proceder a una transición ordenada”. Podría pensarse que los argelinos deberían mirar hacia <strong>Túnez</strong>, sin embargo, González indicó que la <strong>transición</strong> en ese país “es menos modélica vista desde dentro que desde fuera”. “Ha habido cambios políticos importantes, pero se han dejado de lado las demandas socioeconómicas y de justicia social”, añadió Hernando de Larramendi. La formación del nuevo gobierno con un parlamento muy fragmentado surgido de las <strong><a href="https://thediplomatinspain.com/2019/11/tunez-entre-la-espada-y-la-pared-la-incognita-ennahda/" target="_blank" rel="noopener noreferrer">elecciones</a> legislativas del pasado octubre</strong> es “el gran reto a corto plazo de esta joven y frágil democracia”, dijo González. Finalmente, los ponentes abordaron la situación en <strong>Libia</strong>, que calificaron de “muy incierta”. En opinión de Hernando de Larramendi “la <strong>gran cantidad de actores</strong> sobre el tablero libio dificulta la resolución del problema”; y en ese sentido se mostraba pesimista ante el <strong>reciente alto al fuego pactado en Berlín</strong>. “Las milicias libias no están interesadas en cambiar el statu quo y construir instituciones nacionales, y la búsqueda de entendimientos también se ve afectada por la <strong>falta de una posición clara</strong> dentro de la comunidad internacional”, concluyó el académico.