<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La embajadora de España en Nicaragua, María del Mar Fernández-Palacios, se encuentra de vuelta en su puesto tras haber sido llamada a consultas, el pasado 20 de noviembre, en protesta por la decisión del Gobierno de Daniel Ortega de impedir, en tres ocasiones, una visita de alto nivel española.</strong></h4> Fuentes diplomáticas citadas por Europa Press confirmaron el regreso de la embajadora a Managua en torno a una semana después de que se anunciara la “llamada a consultas", un mecanismo diplomático que consiste en pedir a un embajador que abandone temporalmente su puesto como forma de protesta ante el Gobierno del país en que está acreditado. El Ministerio de Asuntos Exteriores anunció la llamada a consultas el 20 de noviembre y cinco días después la embajadora fue recibida por el entonces ministro, Josep Borrell, quien, en su cuenta de Twitter dio cuenta del encuentro "para analizar las relaciones bilaterales y el desarrollo de la crisis en ese país". Borrell añadió: "Hay que mantener la interlocución con todas las partes para encontrar una solución”. Quizás, por ello, tras mostrar con la medida adoptada el malestar con el Ejecutivo nicaragüense, uno días después decidió que Mar Fernández-Palacios volviera a su puesto. Exteriores, sin embargo no informó de su regreso. La embajadora fue llamada a consultas después de que el Gobierno de Daniel Ortega impidiera, por tercera vez, una visita del secretario de Estado español para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia. Ahora, el Gobierno español no tiene previsto intentar nuevas visitas de alto nivel al país, aunque sí mantiene la intención de contribuir a buscar solución a la crisis. Nicaragua, cuyo presidente es uno de los escasos aliados del venezolano Nicolás Maduro, lleva ya un año y medio inmersa en una crisis política desatada por las protestas contra el Gobierno de Ortega, cuya represión ha dejado más de 300 muertos y más de 120 presos políticos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Más de 70.000 personas han dejado el país desde abril de 2018.