<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Las obras de rehabilitación y reacondicionamiento de la futura sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en la Plaza del Marqués de Salamanca de Madrid podrían concluir en diciembre de 2020, después de al menos tres aplazamientos y con medio año de retraso respecto a las últimas previsiones.</strong></h4> En diciembre del año pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores informó de que el objetivo del Departamento era asegurar la entrega del edificio en el plazo comprometido, concretamente en marzo de 2020, para poder ocuparlo definitivamente en junio del mismo año. Según indicaron fuentes del Ministerio, las obras están muy adelantadas y <strong>la nueva fecha de diciembre de 2020 tiene todos los visos de ser la definitiva</strong>. Aunque esta nueva fecha supone un retraso de medio año, las mismas fuentes consideraron que no parece excesivo si se tiene en cuenta la envergadura de la obra. Una vez entregado el edificio, el Ministerio deberá gestionar las preceptivas licencias del Ayuntamiento de Madrid antes de su ocupación, lo cual podría tardar al menos tres meses. Según las estimaciones, el traslado podría costar alrededor de 300.000 euros. La nueva sede albergará la mayor parte de las unidades del Ministerio, actualmente repartidos en diferentes ubicaciones, lo que permitiría <strong>un ahorro aproximado de 9,5 millones de euros anuales en arrendamientos.</strong> El Ministerio ha pagado más de 120 millones de euros en alquileres desde que se vio obligado a cambiar de sede en 2004. Una vez concluyan las obras, la sede del Ministerio dispondrá de una superficie de <strong>50.455 metros cuadrados</strong>, que acogerán salón de actos, sala de eventos, cuatro salas de reuniones, centro de proceso de datos, sala de crisis, zona de atención al público y guardería infantil. El edificio tendrá capacidad para <strong>1.214 empleados públicos</strong> y, según el Ministerio, mejorará tanto en la funcionalidad de los espacios de trabajo -con parámetros de mayor sostenibilidad y eficiencia energética- como en la gestión de la seguridad, con nuevos sistemas de evacuación y prevención de riesgos. En cuanto a la rehabilitación de los elementos protegidos, el proyecto prevé la total conservación de las fachadas y de los elementos representativos del palacete original, construido como sede del Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941, además de la reorganización y racionalización de los espacios de la manzana completa del edificio. <h5><strong>Una historia de aplazamientos</strong></h5> El Ministerio de Asuntos Exteriores abandonó la sede de Marqués de Salamanca en 2004 por culpa del naftaleno, una sustancia tóxica e inflamable. En 2012 se decidió la rehabilitación y la recuperación del edificio y en 2014 se adjudicaron las obras a la empresa Tragsa, a partir de un proyecto del estudio de arquitectura Mira, Milla y Navarro Arquitectos S.L. y bajo la dirección de la Dirección General de Patrimonio del Estado. Las obras comenzaron en octubre de 2017. Meses antes, a mediados de 2016, el Ministerio aseguró que el edificio estaría definitivamente rehabilitado en 2018, pero en diciembre de 2017 el propio Ministerio informó a la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) de que, debido a “las medidas de contención del gasto del Ministerio de Hacienda”, la conclusión de los trabajos sufriría “un retraso de varios meses”. El entonces ministro, Alfonso Dastis, aseguró por esas mismas fechas que las obras de remodelación finalizarían en el “último trimestre de 2019”, lo cual implicaba que el traslado de trabajadores y enseres se podría llevar a cabo a lo largo de 2020. La actual <strong>subsecretaria de Asuntos Exteriores, Ángeles Moreno</strong> –quien visitó muy recientemente las obras-, aseguró durante su toma de posesión, en julio de 2018, que uno de sus objetivos sería agilizar el “eterno problema” de la futura sede del Ministerio en el Palacio del Marqués de Salamanca, que “debería estar entregada en 2020”. El presupuesto inicial de las obras era de 69 millones, pero a causa de los retrasos y de los problemas detectados podría acercarse a los cien millones de euros.