<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Congreso de los Diputados acoge, desde ayer, una exposición homenaje al que fuera el primer presidente de la Checoslovaquia postcomunista, Vaclav Havel, al cumplirse los 30 años de la Revolución del Terciopelo, que en noviembre de 1989 aceleró la caída del régimen comunista.</strong></h4> La muestra, bajo el título “Vaclav Havel. La responsabilidad como destino”, fue inaugurada en un acto en el que participaron el vicepresidente primero de la Comisión Permanente del Congreso, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis; los embajadores de la República Checa y la República Eslovaca, Ivan Jancárek y Jaroslav Blasko, respectivamente; y la exministra de Asuntos Exteriores Ana de Palacio. Estuvieron presentes, asimismo, numerosos embajadores europeos, entre ellos los de países que estuvieron en la órbita de la antigua Unión Soviética. También algunos diputados, entre ellos, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. Todos los que intervinieron en el acto destacaron la lucha por la libertad, la democracia, la dignidad, la Justicia, los Derechos Humanos, del poeta y dramaturgo checo que fue símbolo de la disidencia en los países sometidos al comunismo, a través de movimientos como Carta 77 y Foro Cívico. El embajador checo señaló que, tras la caída del Muro de Berlín, la represión policial contra los jóvenes en Praga el 17 de noviembre de 1989, "prendió la chispa de la resistencia que fue la base del incendio que colapsó el régimen en tan solo diez días". Ivan Jancáreck recordó que la figura central de ese momento fue Vaclav Havel, y que gracias a él y a personas de su entorno se pudo decir que aquel movimiento fue una Revolución de Terciopelo, de la que dijo que “ha traído libertad, respeto por el individuo, una economía social de mercado y un profundo énfasis en la preservación de los Derechos Humanos”. Añadió que, gracias a ello, también la separación de Checoslovaquia, a finales de 1992, en dos estados: la República Checa y la República Eslovaca- fue también de terciopelo. Por su parte, el embajador eslovaco indicó que, en el aniversario de la Revolución de Terciopelo, se recuerda no sólo la victoria de la libertad, sino también su negación durante decena de años. Jaroslav Blasko hizo una llamada a la búsqueda de consensos en los países de Europa en los que ahora emergen posturas internas que parecen "irreconciliables" y dijo que el aniversario “es una buena ocasión para encontrar de toda la sociedad sobre el rumbo de políticas, tanto internas como externas, a nivel nacional y europeo”. La exministra de Asuntos Exteriores Ana de Palacio destacó el europeísmo de Havel, lamentando que ahora la sociedad esté "confundida" y el proyecto europeo "parado" y que existan unos "nacionalismos identitarios" que anteponen los "derechos colectivos a los individuales". "Cuando se llama razón a la violencia, necesitamos recuperar a Havel", dijo. Cerró el acto Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien reivindicó la figura de Havel ahora que -denunció-, "corren viento gélidos" de "intolerancia, racismo, xenofobia" y cuestionamiento de la igualdad de género en Europa. La exposición, organizada por el Centro Checo y la organización Encuentros en Madrid, se compone de una serie de paneles con textos y fotografías de Havel y de momentos de la Revolución de Terciopelo.